En el segundo libro de Reyes, capítulo 8, versículo 1, encontramos un relato donde Eliseo, el profeta de Dios, advierte a una mujer sunamita sobre una hambruna que está por venir y le aconseja que se mude con su familia para sobrevivir. La instrucción de Eliseo es notable por su falta de especificidad en cuanto al destino: «Levántate, vete tú y toda tu casa a vivir donde puedas«.
Esto plantea la pregunta: ¿por qué Eliseo no le indicó un lugar específico para refugiarse? La respuesta a esta pregunta puede encontrarse al considerar varios factores contextuales y teológicos presentes en el texto.
Eliseo le dijo a la mujer sunamita que se fuera a vivir «donde puedas» debido a la inminencia de una hambruna de siete años que iba a afectar toda la tierra de Israel.
Al no especificarle un lugar particular, Eliseo le dio libertad para elegir el mejor destino según sus propias circunstancias y recursos.
Esto muestra una consideración práctica y realista, ya que las condiciones específicas y seguras para cada familia pueden variar y depender de múltiples factores, como conexiones familiares, oportunidades laborales o seguridad en diferentes regiones.
Esta instrucción también refleja la realidad de que durante un tiempo de crisis generalizada, las condiciones pueden cambiar rápidamente, y lo que es seguro hoy podría no serlo mañana.
Al darle a la mujer la libertad de moverse donde ella considerara más seguro, Eliseo le ofreció una mayor flexibilidad para adaptarse a las circunstancias cambiantes.
En resumen, Eliseo no especificó un lugar en particular porque la mejor opción podría variar, y quería que la mujer tuviera la libertad de buscar la seguridad y sustento donde ella pudiera encontrarlo, confiando en la providencia y guía de Dios para su bienestar y el de su familia.
Deja una respuesta