El 29 de enero de 1882 (Historia Contemporánea), Endicott “Cotty” Peabody llegó a Tombstone, en el Territorio de Arizona, en un momento en que la ciudad aún estaba marcada por la violencia y el caos. Su llegada se produjo solo unos meses después del tiroteo en el O.K. Corral, un enfrentamiento legendario ocurrido el 26 de octubre de 1881 entre los hermanos Earp (Wyatt, Virgil y Morgan), su aliado Doc Holliday, y un grupo de forajidos conocidos como los Cowboys, liderados por Ike Clanton y Billy Clanton.
Ese evento había convertido a Tombstone en sinónimo de la ley del revólver, con conflictos constantes entre agentes de la ley y bandidos.
Peabody no era un pistolero ni un buscador de oro, sino un ministro episcopal educado en Harvard, cuya misión era diferente: llevar reforma moral y espiritual a una comunidad minera donde predominaban el juego, la prostitución, la embriaguez y la violencia armada.
En esa época, Tombstone era una de las ciudades más prósperas del Oeste debido a la explotación de minas de plata, pero también una de las más peligrosas, con una población flotante de mineros, comerciantes, pistoleros y criminales.
Fundación de la Iglesia Episcopal de San Pablo. Poco después de su llegada, Peabody tomó la iniciativa de establecer una iglesia en Tombstone. A finales de 1882, fundó la Iglesia Episcopal de San Pablo (St. Paul’s Episcopal Church), la primera iglesia protestante en el Territorio de Arizona.
Su primera ceremonia religiosa tuvo lugar en junio de 1882, en un esfuerzo por proporcionar un espacio de adoración y moralidad en una ciudad caracterizada por la anarquía.
Peabody no solo dirigió los servicios religiosos, sino que se convirtió en un líder moral influyente en la comunidad. Su oratoria enérgica y sin temor le permitió enfrentarse directamente a las prácticas corruptas y violentas que definían la vida en Tombstone.
A través de sus sermones, denunció el vicio, el juego, la embriaguez y la brutalidad, tratando de reformar tanto a los ciudadanos comunes como a los criminales más notorios de la región.
Confrontación con Johnny Ringo. Uno de los momentos más memorables en la vida de Peabody en Tombstone fue su enfrentamiento con Johnny Ringo, un famoso pistolero y forajido asociado con la banda de los Cowboys.
Ringo era conocido por su destreza con las armas, su actitud desafiante y su relación con figuras del mundo del crimen.
Se cuenta que Peabody reprendió a Ringo directamente a la cara, sin temor a represalias, denunciando su estilo de vida violento y sus acciones fuera de la ley. Este acto de valentía consolidó su reputación como un hombre firme en sus convicciones morales y espirituales, dispuesto a desafiar incluso a los individuos más temidos de la ciudad.
El legado de Peabody. A pesar de su impacto en Tombstone, Peabody no permaneció mucho tiempo en la ciudad. Su trabajo allí fue breve pero significativo, ya que dejó una huella duradera al establecer una comunidad religiosa en un lugar dominado por el caos.
Más adelante, Peabody se trasladó a Massachusetts, donde continuó su labor como educador y clérigo. Fue el fundador de la Groton School, una prestigiosa escuela preparatoria que tuvo entre sus estudiantes a figuras prominentes como el presidente Franklin D. Roosevelt.
Hoy en día, la Iglesia Episcopal de San Pablo sigue en pie y es considerada un monumento histórico, recordando el esfuerzo de Peabody por traer orden y espiritualidad a una de las ciudades más emblemáticas del Viejo Oeste.
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