Robert F. Kennedy Jr. acusa a BlackRock de envenenar los alimentos en Estados Unidos, parte de una serie de críticas más amplias que él ha hecho sobre la salud pública y las grandes corporaciones.
Kennedy ha expresado preocupaciones sobre los químicos en los alimentos y cómo estos contribuyen a lo que él describe como una epidemia de enfermedades crónicas en los Estados Unidos.
Durante su campaña presidencial independiente de 2024, ha advertido sobre los peligros de los productos químicos agrícolas y los alimentos procesados, relacionándolos con enfermedades crónicas y problemas de salud como la pubertad retrasada e infertilidad debido a ciertos químicos encontrados en alimentos comunes como la avena.
En cuanto a sus comentarios sobre BlackRock, Kennedy ha criticado a grandes corporaciones financieras, incluyendo a BlackRock, State Street y Vanguard, alegando que estas corporaciones tienen un control excesivo sobre la economía global y están comprometidas en prácticas que perjudican a la sociedad, como intentar adquirir una gran proporción de las viviendas unifamiliares en Estados Unidos.
Kennedy sugiere que estas acciones son parte de un esfuerzo más grande conocido como “el Gran Reinicio”, promovido por el Foro Económico Mundial, que él percibe como una amenaza para la propiedad y la libertad individuales.
Obvio que también van a agregar sus opositores que, sus afirmaciones son controvertidas y han sido objeto de críticas, especialmente de aquellos que ven sus teorías como conspirativas, por lo tanto, siempre es crucial considerar múltiples fuentes y perspectivas al evaluar tales declaraciones.
Es cierto que se nos ha dado la inteligencia para discernir y analizar si los alimentos que consumimos son sanos o no. Esto nos permite tomar decisiones informadas sobre nuestra dieta y salud, especialmente en un contexto donde figuras públicas como Robert F. Kennedy Jr. plantean preocupaciones sobre los productos químicos en los alimentos y su impacto en la salud pública.
Afirmaciones que nos obligan a investigar más y a ejercer nuestra capacidad de evaluar críticamente lo que consumimos, fomentando así una mayor conciencia sobre las implicaciones de nuestras elecciones alimenticias en nuestra salud.
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