En el contexto financiero, el refrán ruso: “No venda la piel del oso antes de cazarlo”, se aplica como una advertencia contra el exceso de confianza en ingresos o ganancias futuras que aún no se han materializado.
Aquí hay algunas maneras en que este principio se puede aplicar a las finanzas:
Inversiones: Aconseja contra el gasto o la reinversión de ganancias esperadas de inversiones antes de que estas se hayan realizado efectivamente.
Los mercados son impredecibles, y contar con ganancias no aseguradas puede llevar a decisiones financieras riesgosas.
Presupuesto y planificación: Sugiere que al hacer un presupuesto o planificar gastos futuros, es prudente basarse en ingresos ya asegurados en lugar de en expectativas de aumentos de ingresos o bonificaciones que aún no se han concretado.
Negocios y emprendimientos: Advierte a los emprendedores y negocios contra la expansión prematura o la inversión en nuevos proyectos basándose únicamente en proyecciones optimistas de ingresos futuros.
Es crucial tener un flujo de efectivo real y asegurado antes de comprometerse a gastos significativos.
Deuda: Recomienda precaución al asumir deudas basadas en la expectativa de ingresos futuros.
Asumir deudas con la esperanza de pagarlas con ingresos que aún no se han recibido puede llevar a problemas financieros si esos ingresos no se materializan.
En resumen, este refrán promueve la prudencia financiera, enfatizando la importancia de basar decisiones financieras en recursos concretos y seguros, en lugar de en expectativas inciertas.
Aboga por esperar hasta que los ingresos o ganancias estén efectivamente en mano antes de planificar cómo se van a utilizar.
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