-Cuando ponemos el deseo de ganar dinero por encima de la obediencia a Dios, nos desviamos del camino correcto.
-La mayordomía fiel significa utilizar los recursos del Señor de manera justa y honrada, evitando decisiones motivadas por la codicia o el lucro fácil.
-Nuestro llamado es administrar lo que Dios nos confía con un corazón recto, buscando Su gloria y no nuestro beneficio personal.
-Cuando buscamos el beneficio propio a través de medios deshonestos o manipuladores, estamos fallando en nuestra mayordomía.
-Dios nos llama a usar Sus recursos y su Palabra para edificar y no para aprovecharse de los demás.
-La verdadera mayordomía implica administrar nuestros dones, tiempo y dinero con integridad y justicia, buscando siempre agradar a Dios y no sacar ventaja a costa de otros.
-Cuando confiamos demasiado en las riquezas y en las cosas materiales, podemos olvidar lo efímeras que son.
-Los bienes de este mundo pueden perder su valor de un momento a otro, y depender únicamente de ellos puede llevarnos a la frustración.
-La verdadera mayordomía consiste en usar sabiamente lo que Dios nos da, sabiendo que las posesiones terrenales son temporales y que lo eterno es lo que realmente importa.
-En la mayordomía, todos tenemos la misma responsabilidad ante Dios, independientemente de los recursos.
-La equidad en nuestras acciones y ofrendas refleja que todos somos iguales delante de Dios, administrando con justicia lo que hemos recibido.
-La generosidad nace del corazón, y la administración sabia de los recursos incluye ser muy generosos con lo que Dios nos ha encomendado.
-Dar con disposición muestra una correcta mayordomía, reconociendo que todo proviene de Dios y, vuelve a Él como una alabanza al dar.
-Debemos ser justos en nuestras transacciones y no aprovechar la necesidad de los demás para obtener ganancias indebidas.
-La correcta mayordomía implica tratar con equidad a quienes nos rodean, tanto en lo económico como en el uso de nuestros recursos.
-Dios nos recuerda que Él es la fuente de nuestras bendiciones y que todo lo que tenemos proviene de Su mano para que se lo administremos fielmente.
-La mayordomía correcta reconoce la soberanía de Dios sobre Sus recursos y nos impulsa a utilizarlos con gratitud por Su provisión.
-Ser generosos con quienes tienen necesidad es un principio fundamental en nuestra mayordomía.
-Dios nos llama a no cerrar el corazón ante los necesitados, sino a extender nuestra mano con misericordia.
-Dios nos recuerda que siempre habrá personas necesitadas a nuestro alrededor, y nos manda a ser generosos con ellas.
-La mayordomía no es solo administrar lo que se nos a confiado para usarlo para vivir, sino para compartir con los que menos tienen, extendiendo nuestras manos con compasión y cuidado.
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