Temer a Dios y servir a dioses, 2º Reyes 17:33

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«Temían a Jehová, y honraban a sus dioses, según la costumbre de las naciones de donde habían sido trasladados.» 2º Reyes 17:33

Ese pasaje aunque parezca contradictorio es real, y a la vez nos proporciona varios principios sobre la mayordomía bíblica en el área de las finanzas. El primer principio que podemos extraer es la importancia de una devoción completa y exclusiva a Dios.

La palabra «temían» en hebreo es «yare,» que significa un temor reverente y profundo respeto. Este temor reverente hacia Dios debe ser el fundamento de nuestra mayordomía financiera.

Cuando realmente tememos a Jehová, reconocemos Su soberanía y autoridad sobre todas nuestras posesiones y recursos, lo que nos lleva a administrar nuestras finanzas de manera que honre y glorifique a Dios.

El segundo principio es la necesidad de evitar la duplicidad en nuestra devoción. El pasaje señala que a pesar de que temían a Jehová, también «honraban» a sus dioses. La palabra «honraban» en hebreo es «avad,» que implica servir o adorar.

En términos financieros, esto puede reflejar una actitud donde, aunque reconocemos a Dios, seguimos siendo atraídos y controlados por otros «dioses» modernos como el materialismo, la codicia y el consumismo.

Este tipo de duplicidad en la devoción es peligroso porque divide nuestro corazón y lealtad, afectando nuestra capacidad de ser fieles mayordomos de los recursos que Dios nos ha confiado.

Otro principio clave es la influencia de las «costumbres» de las naciones circundantes. La palabra «costumbres» en hebreo es «mishpat,» que se refiere a las prácticas y normas culturales. En el contexto financiero, esto nos alerta sobre la influencia de las prácticas y valores culturales que pueden estar en conflicto con los principios bíblicos.

Las costumbres del mundo a menudo promueven una mentalidad de acumulación y gasto impulsivo, en lugar de la generosidad y la prudencia que la Biblia enseña. Como buenos mayordomos, debemos estar atentos y discernir las influencias externas que puedan desviarnos de una administración fiel y piadosa de nuestros recursos.

La referencia a ser «trasladados» o exiliados, con la palabra hebrea «galah,» también aporta un principio importante. Esta palabra nos recuerda que los israelitas estaban en una tierra extraña, lejos de su hogar.

De manera similar, nosotros, como cristianos, somos peregrinos en este mundo, y nuestras prioridades financieras deben reflejar nuestra ciudadanía celestial. No debemos conformarnos a las prioridades y valores financieros de este mundo, sino administrar nuestros recursos con la perspectiva de la eternidad en mente, invirtiendo en lo que tiene valor eterno.

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En conclusión, el pasaje de 2º Reyes 17:33 nos enseña importantes principios de mayordomía financiera bíblica. Debemos tener un temor reverente y exclusivo a Dios, evitar la duplicidad en nuestra devoción, discernir las influencias culturales que pueden desviar nuestra administración y recordar nuestra ciudadanía celestial al gestionar nuestras finanzas. Estos principios nos guiarán a ser fieles mayordomos de los recursos que Dios nos ha confiado, honrando a Dios en todas nuestras decisiones financieras.

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