La preferencia de los ricos por ropa sin logos implica una distinción en cómo se percibe el lujo y la riqueza.
En lugar de mostrar su estatus a través de logos reconocibles, los verdaderos ricos optan por la calidad y la exclusividad en sus prendas.
Para ellos el valor no se encuentra en la marca visible, sino en la calidad, el diseño y la exclusividad del producto.
La elección de ropa sin logos refleja un enfoque en la riqueza auténtica y la confianza en uno mismo, más que en la necesidad de demostrar estatus a través de símbolos externos.
Por otro lado, las personas con limitaciones económicas son persuadidas por la imagen de las corporaciones multinacionales para simular una riqueza que no poseen.
En numerosas situaciones, los individuos adquieren productos de marcas reconocidas para emitir una impresión de éxito y posición social, incluso cuando no forman parte de un estrato económico elevado.
Por consiguiente, la percepción de una prenda de marca como un símbolo de riqueza no necesariamente refleja la realidad de la riqueza auténtica. Por consiguiente, la consideración de una prenda de marca como emblema de prosperidad no siempre corresponde a la verdadera realidad de la riqueza genuina.
En muchos casos, las personas compran productos de marcas para proyectar una imagen de éxito y estatus, aunque no pertenezcan a una clase económicamente alta.
Esta dinámica resalta cómo el consumo de ciertas marcas se utiliza para comunicar una identidad engañosa deseada más que un reflejo del verdadero estatus económico.
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