El 28 de febrero de 1944 (Historia Contemporánea), soldados nazis arrestaron a la cristiana holandesa Corrie ten Boom y a su familia debido a su participación en la protección de judíos perseguidos durante la Segunda Guerra Mundial. La familia Ten Boom, motivada por su profunda fe cristiana y un sentido inquebrantable de justicia y compasión, había convertido su hogar en Haarlem, Países Bajos, en un refugio secreto para judíos que huían del Holocausto.
Aunque los nazis no lograron descubrir a los judíos escondidos en su casa en el momento de la redada, Corrie y su familia fueron arrestados y enviados a campos de concentración, donde sufrirían grandes penalidades por su valentía y compromiso con la causa de la justicia.
Una familia de fe y resistencia. Corrie ten Boom nació el 15 de abril de 1892 en Haarlem, en una familia profundamente cristiana de tradición reformada. Su padre, Casper ten Boom, era un relojero respetado y un hombre de fe comprometida, quien inculcó en sus hijos un amor por la Biblia y por el prójimo.
Desde su infancia, Corrie y sus hermanos aprendieron a vivir conforme a los principios del Evangelio, viendo la vida como una oportunidad para servir a los demás.
Cuando los nazis ocuparon los Países Bajos en 1940, las medidas contra los judíos se intensificaron progresivamente. A medida que se implementaban restricciones cada vez más severas, como la obligación de llevar la estrella amarilla y la prohibición de acceder a ciertos espacios públicos, la familia Ten Boom sintió el llamado de Dios para actuar.
Inspirados por su fe y por el ejemplo de su padre, que siempre había enseñado que todo ser humano era creado a imagen de Dios, decidieron abrir su hogar para esconder a judíos perseguidos, convirtiéndolo en un refugio clandestino.
La Casa del Escondite. La familia Ten Boom trabajó en colaboración con la resistencia holandesa, desarrollando un sistema para ayudar a los judíos a escapar de la persecución nazi. En su casa, construyeron un pequeño espacio oculto detrás de una pared en una de las habitaciones, al que llamaron “El Escondite”.
Ese espacio podía albergar hasta seis personas a la vez, y sirvió como refugio temporal para judíos y otros perseguidos antes de que pudieran ser trasladados a lugares más seguros.
Durante casi dos años, la familia Ten Boom ayudó a salvar la vida de muchas personas. Sin embargo, el 28 de febrero de 1944, un informante traicionó su operación a la Gestapo, la policía secreta nazi. Ese día, los soldados nazis irrumpieron en la casa y arrestaron a todos los miembros de la familia.
En el momento de la redada, seis judíos estaban escondidos en El Escondite. A pesar de la minuciosa búsqueda de los nazis, no lograron descubrirlos. Permanecieron ocultos durante casi dos días antes de ser rescatados por miembros de la resistencia.
Prisión y sufrimiento en los campos de concentración. Tras su arresto, Corrie, su hermana Betsie y su padre Casper fueron trasladados a la prisión de Scheveningen. Su anciano padre, quien tenía 84 años, murió pocos días después de su captura debido a las duras condiciones y la falta de atención médica.
Después de un tiempo en prisión, Corrie y Betsie fueron deportadas al campo de concentración de Ravensbrück, en Alemania, un lugar infame por su brutalidad y por las condiciones inhumanas a las que se sometía a los prisioneros.
Allí, las dos hermanas enfrentaron hambre, frío extremo y trabajo forzado. Sin embargo, a pesar de las adversidades, mantuvieron su fe y continuaron compartiendo el mensaje de esperanza y amor de Cristo con las demás prisioneras.
Betsie, en particular, alentaba a Corrie a ver la situación desde una perspectiva de fe, recordándole que incluso en el lugar más oscuro, el amor de Dios podía brillar.
Betsie enfermó gravemente debido a la desnutrición y los abusos sufridos en el campo. Antes de morir, le dijo a Corrie: “Debemos contarles a todos lo que hemos aprendido aquí. Debemos decirles que no hay un pozo tan profundo donde el amor de Dios no sea aún más profundo.”
Poco después, en diciembre de 1944, Corrie fue liberada inesperadamente debido a un error administrativo. Más tarde se enteró de que, poco después de su liberación, todas las mujeres de su grupo fueron ejecutadas en la cámara de gas.
Un testimonio de fe y perdón. Tras su liberación, Corrie regresó a los Países Bajos, donde comenzó a compartir su historia y a testificar sobre la fidelidad de Dios en medio del sufrimiento.
En 1947, en una reunión en Alemania, se encontró cara a cara con un exguardia de Ravensbrück, quien, sin reconocerla, le pidió perdón por sus crímenes.
En ese momento, Corrie luchó interiormente con el mandato cristiano de perdonar, pero, recordando las palabras de su hermana y confiando en la gracia de Dios, le extendió la mano y lo perdonó.
Corrie relató su experiencia en el libro “El Refugio Secreto” (The Hiding Place), publicado en 1971, el cual se convirtió en un testimonio poderoso de fe, valentía y perdón.
Su historia ha impactado a generaciones, mostrando que la luz de Cristo puede brillar incluso en los momentos más oscuros de la historia.
Hasta su muerte en 1983, Corrie ten Boom dedicó su vida a predicar el amor de Dios y la importancia del perdón.
Su valentía y compasión dejaron un legado imborrable en la historia cristiana y en la lucha por la justicia.
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