El 11 de junio de 1744 David Brainerd fue ordenado como ministro del evangelio el 11 de junio de 1744 por el Presbiterio de Nueva York. Fue un paso crucial en su vocación misionera, permitiéndole predicar y ministrar formalmente a las comunidades nativas americanas a las que dedicó su vida.
Le permitió continuar y expandir su trabajo misionero, a pesar de las numerosas dificultades y problemas de salud que enfrentó.
David Brainerd (1718-1747) fue un misionero cristiano estadounidense conocido por su trabajo entre los nativos americanos del noreste de Estados Unidos.
Su vida y obra dejaron una huella profunda en la historia del cristianismo misionero, y su ejemplo de devoción y fe sigue inspirando a muchos.
David Brainerd nació el 20 de abril de 1718 en Haddam, Connecticut. Desde joven, mostró un profundo interés por la religión y, a pesar de enfrentar numerosas dificultades personales, incluyendo problemas de salud y conflictos internos sobre su vocación, decidió dedicarse a la obra misionera.
En 1742, también fue comisionado por la Sociedad Escocesa para la Promoción del Conocimiento Cristiano para llevar el evangelio a las tribus nativas americanas.
La comisión en 1742 por la Sociedad Escocesa le permitió comenzar su misión, pero no necesariamente le otorgaba la autoridad eclesiástica completa que una ordenación como ministro proporciona. La ordenación en 1744 le dio una legitimidad adicional y oficial dentro de la estructura eclesiástica, permitiéndole realizar sacramentos y tener un reconocimiento formal por la iglesia.
Ambos eventos fueron cruciales en su vida y ministerio, pero cumplieron diferentes roles en su capacidad para llevar a cabo su trabajo misionero.
Uno de los episodios más conmovedores y famosos de la vida de David Brainerd ocurrió durante su misión entre los indios. Según el relato, un grupo de nativos, con tomahawks en mano, se acercó sigilosamente a la tienda de Brainerd con la intención de matarlo. Sin embargo, al asomarse bajo la lona, sus intenciones cambiaron al ver a Brainerd arrodillado en oración.
Mientras Brainerd oraba, un serpiente de cascabel cruzó sobre sus pies y se detuvo en posición de ataque. Inexplicablemente, la serpiente no lo mordió; en lugar de eso, bajó la cabeza y se deslizó fuera de la tienda.
Este evento fue presenciado por los nativos, quienes interpretaron el hecho como una señal de que Brainerd era un mensajero del Gran Espíritu.
Este incidente marcó un punto de inflexión en la misión de Brainerd. Cuando finalmente llegó al pueblo indígena, fue recibido con honor y respeto, una reacción que no esperaba.
Los nativos habían decidido no hacerle daño y, en cambio, estaban dispuestos a escuchar su mensaje debido al «maravilloso» acontecimiento que habían presenciado.
La historia de David Brainerd es un poderoso testimonio de su fe inquebrantable y de su confianza en la protección divina. Para los nativos, el episodio con la serpiente de cascabel confirmó que Brainerd estaba bajo la protección de una fuerza superior.
Para Brainerd y los cristianos que han estudiado su vida, este evento simboliza la mano protectora de Dios sobre aquellos que se dedican a Su obra.
David Brainerd falleció joven, el 9 de octubre de 1747, debido a la tuberculosis. A pesar de su corta vida, su diario y sus cartas han inspirado a generaciones de misioneros y cristianos devotos.
Su historia no solo destaca la importancia de la perseverancia en la fe, sino también el impacto que una vida de oración y dedicación puede tener en la difusión del cristianismo.
La vida de David Brainerd, especialmente el incidente en la tienda, subraya la creencia en la intervención divina y la protección en la misión cristiana. Su ejemplo de entrega y devoción sigue siendo una fuente de inspiración para muchos en la actualidad.
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