Una de las tantas interpretaciones que se le da a Eclesiastés 3:5 en la Biblia, es la temporalidad y la adecuación de distintas acciones en la vida.
En hebreo, la idea de “tiempo de esparcir piedras y tiempo de juntar piedras” sugiere que hay momentos para dispersar y reunir, tanto literal como metafóricamente.
Esto puede interpretarse como un tiempo para deshacerse de lo viejo o innecesario y un tiempo para recoger y acumular lo que es valioso o necesario.
En la vida, estos ciclos de dispersión y recogida pueden relacionarse con experiencias personales, relaciones, proyectos, etc.
Deja una respuesta