El Cuidado de lo que Recibimos: No Solo es Dinero

Serie: Finanzas Personales para Niños

Un consejo para niños de 8 a 12 años sobre Finanzas Personales

El Cuidado de lo que Recibimos: No Solo es Dinero

Dios nos da administrar muchas cosas en nuestra vida, y no siempre son solo dinero. Tenemos tiempo, salud, dones, habilidades, amigos, familia, y otras muchas más bendiciones. Dios nos confía todo esto para que lo usemos bien, y debemos ser cuidadosos con todo lo que recibimos. 

Efesios 5:15-16 nos recuerda: «Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos». Esto significa que no solo debemos cuidar el dinero, sino también usar bien el tiempo, la salud, los dones y las oportunidades que Dios nos pone por delante.

Cuidar lo que recibimos también significa aprender a no desperdiciar las cosas que Dios nos confía. Cuando recibimos un regalo, o cuando tenemos algo especial, debemos tratarlo con cuidado y no tomarlo por sentado. En Proverbios 21:20 dice: «Tesoro precioso y aceite hay en la casa del sabio, pero el hombre insensato todo lo disipa». Si usamos lo que Dios nos provee de manera sabia, podemos conservarlo y usarlo para su gloria, pero si lo desperdiciamos, pronto nos quedaremos sin nada.

Dios también nos ha dado habilidades y talentos especiales que debemos cuidar y desarrollar. Tal vez eres bueno en los deportes, en la música o en ayudar a otros. Esas habilidades también son regalos de Dios, y Él espera que los uses bien. 1 Pedro 4:10 dice: «Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios». Cuidar lo que recibimos significa usar esos talentos para servir a Dios y a los demás.

Así que, cuando pensemos en lo que hemos recibido, recordemos que no solo se trata de dinero. Todo lo que tenemos es una encomienda de Dios, y los dones. Si somos responsables con lo que Dios nos ha pues a carga, Él seguirá bendiciéndonos y confiándonos más.

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En resumen, cuidar lo que recibimos de Dios no solo implica el dinero, sino también el tiempo, los talentos y cualquier bendición que Él nos confía.

Ser buenos administradores significa usar todo de manera sabia y con gratitud, reconociendo que todo proviene de Su mano. Si somos responsables con lo poco, Dios nos confiará más, y nuestras acciones demostrarán nuestro agradecimiento hacia Él.

Al entender que cada cosa que tenemos es un encargo de Dios, aprenderemos a valorar y cuidar mejor Sus posesiones, dones, habilidades y oportunidades. Esto nos ayudará a vivir con propósito y a ser bendición para otros, siguiendo el ejemplo de Cristo y mostrando que somos fieles en lo que se nos ha confiado.

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