La Biblia enseña el acto de dar como un principio fundamental que refleja la naturaleza generosa de Dios y fomenta una actitud de generosidad entre sus hijos regenerados.
Este principio se manifiesta de diversas maneras a lo largo de las Escrituras, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, y abarca aspectos tanto materiales como espirituales.
Aquí destacamos algunos puntos clave sobre cómo la Biblia enseña el dar:
Dar con un corazón alegre: 2ª Corintios 9:7 dice: “Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría”. Este versículo subraya la importancia de la actitud con la que se da, promoviendo la generosidad voluntaria y gozosa por encima de la obligación.
Dar generosamente: Proverbios 11:25 señala: “El alma generosa será prosperada; y el que saciare, él también será saciado”. Aquí se enseña que la generosidad trae bendiciones tanto para el que da como para el que recibe, estableciendo un ciclo de provisión y gratitud.
Dar como acto de adoración y confianza en Dios: En el Antiguo Testamento, las ofrendas y los diezmos eran maneras de adorar a Dios y confiar en su provisión. Malaquías 3:10 invita a traer los diezmos al alfolí para que haya alimento en la casa de Dios, prometiendo la bendición divina como respuesta a este acto de fe.
Dar para cuidar de los necesitados: Santiago 1:27 enseña que la religión pura y sin mancha ante Dios es cuidar de los huérfanos y las viudas en su aflicción. Dar, en este contexto, es un reflejo del amor y la justicia de Dios, atendiendo a los más vulnerables de la sociedad.
Dar como reflejo del amor de Cristo: Juan 3:16 destaca el acto supremo de dar de Dios al mundo: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. La generosidad bíblica se inspira en el sacrificio de Jesús, reconociendo que, al haber recibido tan grande regalo, se está llamado a compartir con los demás.
En resumen, la enseñanza bíblica sobre el dar abarca la generosidad del corazón, la adoración a Dios, el cuidado de los necesitados y el reflejo del amor divino. A través del dar, manifestamos la fe, la gratitud y nuestro compromiso con el bienestar de los más necesitados, a saber, los huérfanos y las viudas.
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