Serie: Finanzas Personales para Niños
Un consejo para niños de 5 a 7 años sobre Finanzas Personales
Evitar el Desperdicio: Usar Bien lo que Dios nos Da
A veces, cuando tenemos mucho de algo, como comida o dinero, podemos olvidar lo importante que es usarlo con cuidado. Dios nos confía todas las cosas buenas que tenemos, y quiere que las usemos sabiamente, sin desperdiciarlas.
Después de que Jesús alimentó a muchas personas, les dijo a sus discípulos que recogieran lo que había sobrado para que nada se desperdiciara. La Biblia dice en Juan 6:12: «Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada.» Esto nos enseña que no debemos tirar o malgastar lo que Dios nos ha encomendado.
Cuando cuidamos lo que hemos recibido por el Señor y no lo desperdiciamos, estamos honrándole. Ya sea el dinero, la comida u otras cosas, es importante pensar antes de usarlas y no desperdiciarlas. Así, podemos asegurarnos de que lo que Dios nos pasa para administrar sea usado de la mejor manera posible.
Aprender a no desperdiciar es una forma de mostrar que valoramos lo que Dios nos ha encomendado y que estamos siendo responsables con Sus bendiciones.
Cuando cuidamos bien lo que hemos recibido, también podemos compartir con otros que no tienen tanto. Si evitamos gastar o usar más de lo que necesitamos, ahorraremos para ayudar a otras personas. Eso es una forma de mostrar el amor de Dios a los demás y ser generosos con lo que Él nos ha encomendado.
Además, cuando evitamos el desperdicio, estamos practicando ser buenos administradores de lo que Dios nos confía. Él nos llama a ser responsables, y una forma de hacerlo es no malgastar, sino usar bien todo lo que hemos recibido. De esta manera, honramos al Señor con dichas acciones.
Recuerda que cada cosa que tienes es una responsabilidad para administrar de parte de Dios, y Él se alegra cuando lo haces con sabiduría y sin desperdiciar.
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En resumen, el desperdicio de las cosas que Dios nos encomienda es algo que debemos evitar. Ya sea el dinero, la comida o cualquier otra bendición. Dios nos llama a ser responsables y a cuidar bien lo que nos ha pasado para administrar. Al no malgastar, estamos mostrando gratitud y aprendiendo a ser buenos administradores de los recursos que Él nos confía.
Además, evitar el desperdicio no solo nos ayuda a cuidar Sus bendiciones, sino que también nos permite tener más para compartir con otros. De esta manera, podemos mostrar el amor de Dios al ser generosos y responsables con lo que nos ha encomendado.
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