El 15 de mayo de 1984 (Historia Contemporánea), Francis A. Schaeffer, un destacado evangelista y apologista estadounidense, falleció en Rochester, Minnesota.
Junto con su esposa, Edith, Schaeffer fundó y dirigió L’Abri, un ministerio dedicado a proporcionar respuestas cristianas a las preguntas intelectuales y espirituales de los buscadores, especialmente aquellos pertenecientes a las comunidades académicas y culturales.
L’Abri, que significa «el refugio» en francés, se convirtió en un lugar significativo donde intelectuales de diversas partes del mundo podían encontrar un espacio para discutir y explorar la fe cristiana en un ambiente acogedor y reflexivo.
Uno de los trabajos más influyentes de Schaeffer fue su libro «Escape from Reason» publicado en 1968. Este libro es particularmente notable no solo por su brevedad, sino también por su profundo impacto en la comunidad evangélica.
En él, Schaeffer critica la pérdida de los valores y la racionalidad objetiva en el pensamiento moderno, argumentando que el humanismo secular ha llevado a un vacío filosófico y moral que solo puede ser llenado por el retorno a un entendimiento cristiano de la existencia humana.
«Escape from Reason» llevó a muchos evangélicos a reconsiderar la forma en la que la literatura y el arte se desarrollaron bajo la influencia de la filosofía post-ilustración y cómo estos campos podrían ser entendidos desde una perspectiva cristiana.
Schaeffer sostuvo que la historia del pensamiento occidental había evolucionado hacia una aceptación creciente de la relatividad moral, la cual, según él, es la raíz de muchos males sociales.
En sus obras, incluyendo «The God Who is There» (1968) y «How Should We Then Live» (1976), explora esta temática detalladamente, argumentando que la aceptación de la verdad absoluta y los valores morales objetivos son fundamentales para el bienestar de la sociedad.
A través de su análisis histórico y cultural, Schaeffer abogó por una visión cristiana del mundo que reconoce a Dios como la fuente última de toda verdad y moralidad.
La influencia de Francis Schaeffer ha sido duradera, especialmente en círculos intelectuales y teológicos evangélicos.
Su habilidad para conectar la teología con problemas prácticos de la vida cotidiana, su enfoque en la apologética como un medio para abordar y responder a las crisis culturales y su compromiso con un cristianismo pensante y articulado han dejado un legado perdurable que sigue siendo relevante en los debates contemporáneos sobre fe, cultura y sociedad.
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