Invertir en dividendos puede no ser la mejor estrategia si no tienes ahorrado al menos medio millón de dólares. Las inversiones en dividendos tienden a ofrecer rendimientos relativamente bajos en comparación con otras formas de inversión más dinámicas.
Las acciones que pagan dividendos suelen pertenecer a empresas establecidas con un crecimiento moderado, proporcionando un flujo de ingresos estable pero con ganancias de capital limitadas.
Para obtener ingresos sustanciales de los dividendos, necesitas una cantidad considerable de capital invertido. Por ejemplo, con una cartera de acciones que tiene un rendimiento del cuatro por ciento en dividendos, invertir medio millón de dólares generaría veinte mil dólares al año en ingresos por dividendos.
Con menos capital, los ingresos generados serían proporcionalmente bajos y quizás insuficientes para satisfacer tus necesidades financieras.
Para inversores con menos capital, puede ser más efectivo centrarse en construir patrimonio a través de inversiones que ofrezcan mayores tasas de crecimiento, como bienes raíces, acciones de empresas en crecimiento o emprendimientos propios.
Estas inversiones, aunque más riesgosas, tienen el potencial de generar retornos significativamente más altos a largo plazo, ayudando a acumular un patrimonio mayor.
Aunque los dividendos pueden ser reinvertidos para aprovechar el interés compuesto, este proceso es más efectivo con un capital inicial mayor.
La capacidad de reinvertir grandes sumas aumenta significativamente el crecimiento del patrimonio con el tiempo.
En resumen, es recomendable construir primero un patrimonio sólido a través de inversiones más dinámicas y potencialmente más rentables.
Una vez que hayas acumulado un capital significativo, invertir en acciones que paguen dividendos puede ser una estrategia útil para generar ingresos pasivos y diversificar tu cartera.
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