El 29 de mayo de 1679 (Historia Moderna), una fecha emblemática por coincidir con el cumpleaños de Carlos II y el aniversario de su restauración al trono, un grupo de aproximadamente 80 Covenanters protagonizó un acto audaz y simbólico en la localidad de Rutherglen, Escocia.
Los Covenanters eran un movimiento religioso escocés que defendía el presbiterianismo y se oponía vehementemente a la influencia de la monarquía sobre la religión católica.
Tras la restauración de Carlos II en 1660, el monarca y su gobierno habían implementado una serie de actos legislativos con el objetivo de reinstaurar el control real sobre la iglesia escocesa.
Estos actos imponían el episcopalismo y perseguían a aquellos que se resistían a conformarse con las nuevas políticas eclesiásticas.
Los Covenanters, comprometidos con la “reforma pactada” que defendía la autonomía de la iglesia presbiteriana, vieron estas acciones como una traición a los acuerdos previos y una amenaza directa a su fe y prácticas religiosas.
En respuesta a estas imposiciones, el 29 de mayo de 1679, un grupo de alrededor de 80 Covenanters se reunió y cabalgó hacia Rutherglen.
Una vez allí, llevaron a cabo una serie de actos altamente simbólicos y de resistencia abierta.
En el centro de la ciudad, procedieron a leer en voz alta una declaración que condenaba los actos legislativos implementados desde la restauración de Carlos II.
Este documento denunciaba específicamente aquellos actos que iban en contra de la “reforma pactada”, reafirmando su compromiso con el presbiterianismo y su rechazo a la intervención monárquica en asuntos eclesiásticos.
La acción más dramática del día fue la quema pública de los textos de dichos actos legislativos. Esta quema no solo simbolizaba su rechazo a las leyes impuestas, sino también un intento de borrar y deslegitimar la autoridad de esas leyes. Era una declaración visual y contundente de su oposición y un acto de desafío directo al poder real.
Para asegurar que su mensaje no pasara desapercibido, los Covenanters clavaron la declaración leída al crucero de la ciudad, un punto central y visible en Rutherglen.
Al hacer esto, querían asegurarse de que todos los habitantes y cualquier visitante supieran de su postura y del acto de resistencia que habían llevado a cabo.
Este evento en Rutherglen se inscribe en un periodo de intensa agitación religiosa y política en Escocia, donde la lucha por la libertad religiosa y la resistencia a la autoridad real culminaron en varios conflictos abiertos.
Los actos de los Covenanters el 29 de mayo de 1679 son un ejemplo de la valentía y el compromiso de aquellos que lucharon por mantener su fe y sus derechos frente a la opresión.
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