Erráis, Ignorando las Escrituras, Mateo 22:29

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Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios.” Mateo 22:29 (RVR1960)

Introducción. La mayordomía financiera es un aspecto crucial en la vida del creyente. La Biblia nos proporciona una guía clara sobre cómo manejar nuestras finanzas de manera que honre a Dios y promueva la prosperidad espiritual y material. En Mateo 22:29, Jesús advierte sobre el error de ignorar las Escrituras y el poder de Dios. A partir de este versículo, podemos extraer varios principios fundamentales que nos ayudarán a administrar nuestras finanzas con sabiduría y fidelidad.

Reconocimiento de la Soberanía de Dios. El primer principio en la mayordomía financiera es reconocer que todo lo que tenemos proviene de Dios. En Salmos 24:1, leemos: “De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan.” Este reconocimiento nos lleva a entender que somos meros administradores de los recursos que Dios nos ha confiado. Nuestra responsabilidad es gestionar estos recursos de acuerdo con su voluntad.

Evitar el Error de Ignorar las Escrituras. Jesús nos advierte que erramos al ignorar las Escrituras. La Biblia está llena de enseñanzas sobre cómo debemos manejar nuestras finanzas. Proverbios 3:9-10 nos dice: “Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto.” Honrar a Dios con nuestros recursos implica dar con generosidad y reconocer su provisión en todas las áreas de nuestra vida.

Sabiduría en la Planificación y el Ahorro. La Biblia también nos instruye sobre la importancia de la planificación y el ahorro. En Proverbios 21:20, leemos: “Tesoro precioso y aceite hay en la casa del sabio; mas el hombre insensato todo lo disipa.” La sabiduría financiera incluye ahorrar y planificar para el futuro, evitando el despilfarro y la imprudencia en el manejo de los recursos.

Vivir Dentro de Nuestras Posibilidades. Un principio clave de la mayordomía financiera es vivir dentro de nuestras posibilidades. Romanos 13:8 nos exhorta: “No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley.” La deuda excesiva puede llevarnos a la esclavitud financiera y limitar nuestra capacidad de servir a Dios y a los demás. Vivir de acuerdo con nuestras posibilidades nos permite mantenernos libres de cargas innecesarias y ser más efectivos en nuestra mayordomía.

Generosidad y Ayuda al Prójimo. La generosidad es un tema recurrente en las Escrituras. En 2 Corintios 9:6-7, Pablo escribe: “Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.” La generosidad refleja el carácter de Dios y es una demostración de nuestra confianza en su provisión.

Los últimos tres principios están fundamentados en la advertencia de Jesús sobre errar al ignorar las Escrituras, lo cual subraya la importancia de seguir la guía bíblica en todas las áreas de la vida, incluyendo las finanzas.

Confiar en el Poder de Dios. Finalmente, Jesús menciona el poder de Dios, recordándonos que nuestra confianza debe estar en Él y no en nuestras propias habilidades o recursos. Filipenses 4:19 promete: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” Al confiar en el poder de Dios, reconocemos que Él es capaz de proveer para nuestras necesidades y nos guía en la administración de nuestros recursos.

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Conclusión

La mayordomía financiera basada en principios bíblicos nos llama a reconocer la soberanía de Dios, evitar el error de ignorar las Escrituras, planificar y ahorrar con sabiduría, vivir dentro de nuestras posibilidades, ser generosos y confiar en el poder de Dios. Al aplicar estos principios en nuestra vida diaria, no solo honramos a Dios con nuestras finanzas, sino que también experimentamos la paz y la prosperidad que provienen de una administración fiel y sabia de los recursos que Él nos ha confiado.

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