«Nadie es creyente si no es santo; y nadie es santo si no es creyente.»
«Me hieres, oh Señor, pero me basta con que sea tu mano.»
«Aunque perdidos por naturaleza, los hijos de los creyentes son santos por gracia sobrenatural.»
«Es la más vil de las calumnias decir que se invita a los hombres a pecar cuando afirmamos el perdón gratuito de los pecados en el cual sostenemos que consiste la justicia. Para nosotros, en verdad, es gratuito, pero no para Cristo.»
«Si Dios es el verdadero árbitro de las guerras y de la paz, y esto sin excepción alguna, ¿quién se atreverá a decir que los hombres son arrastrados por un movimiento ciego, sin que Dios lo sepa o con su aquiescencia?»
«Y si Dios, por así decirlo con mano fuerte, no hubiera impedido a Agustín, él habría sido, a este respecto, exactamente como los demás. Pero Dios, por así decirlo, puliéndolo con un martillo, corrigió esa sabiduría insensata, que levanta su cresta contra el Espíritu Santo.»
«El corazón fiel descansa seguro en Su misericordia, sin inmutarse por la idea de que mediante Su misericordia se proveerá un remedio adecuado para todas las tribulaciones.»
«Todo lo malo que veas en mí soy yo mismo; todo lo bueno que veas en mí es Cristo.»
«No debemos dudar, en absoluto, de que Jesucristo siempre ha reinado en la tierra después de subir al cielo.»
«El temor de Dios, es como un freno para restringir nuestra maldad, así que cuando falta, nos sentimos con la libertad de disfrutar todo tipo de libertinaje.»
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