-Si afirmamos seguir a Cristo, entonces él debe ser nuestro único Señor. No debemos intentar servir a dos amos.
-Como hermanos en Cristo, debemos cuidarnos mutuamente no solo en lo espiritual, sino también en lo financiero, evitando aprovecharnos económicamente unos de otros.
-Los lujos son viables cuando se pueden obtener y sostener sin comprometer la estabilidad financiera.
-Trabajar por dinero es una cosa, pero que el dinero trabaje para uno es completamente distinto.
-Lo maravilloso es que nuestro Señor Jesucristo nos ama tanto en la riqueza como en la pobreza.
-Cuando colocas tu dinero en un banco, no lo mantienen inactivo. En cambio, lo prestan a otros y obtienen beneficios a partir de estos préstamos. Este es el modelo básico de cómo operan los bancos.
-No es tan difícil entender que depender de una sola fuente de ingresos no es recomendable.
-Si llenamos nuestra casa de cosas innecesarias, más temprano que tarde tendremos que vender cosas necesarias.
-No permitamos que la avaricia controle nuestro servicio al Señor Jesucristo.
-Debemos permanecer especialmente vigilantes ante los primeros indicios de tentación hacia el consumismo y el materialismo, ya que es más sencillo vencer al enemigo negándole la entrada que enfrentándolo una vez ha cruzado el umbral.
-La mayordomía está intrínsecamente unida al Señorío de Cristo Jesús; se fundamenta en Su soberanía.
-Es de enorme valor escuchar voces que nos confrontan acerca de nuestra mayordomía; cómo podríamos averiguar si estamos siendo siervos fieles si no fuéramos confrontados, principalmente con las Escrituras.
-Existen dos interrogantes clave que nos asisten significativamente al discernir si nuestras compras son impulsadas por el consumismo o materialismo: ¿Es esto necesario para mí? ¿Es verdaderamente necesario?
-No nos importaría un Señor que no aborreciera la deuda mala, no seríamos sus siervos.
-Nos educamos en finanzas minuto a minuto, pero olvidamos todo al instante cuando el consumismo nos tienta.
-Si servimos al dinero, no nos hemos alejado de ese ídolo; si él nos sirve, es porque nos hemos mantenido alejados de él.
-El dinero puede hacer millonario a un hombre, pero solo las verdaderas riquezas lo hacen rico.
-Es al renunciar a todo por Cristo que hallamos todo en Cristo.
-A nuestro Padre le place darnos el reino.
-Las finanzas y el Señorío de Cristo Jesús son inseparables; las finanzas se basan en el Señorío de Cristo Jesús.
-Si somos responsables en cuanto al trabajo esforzado, el ahorro sistemático y la inversión segura, las bendiciones a nuestro favor llegarán de parte del Señor; doy fe.
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