–Muchos desean las riquezas celestiales pero solo en la eternidad, porque en esta vida solo desean lo monetario y material.
–Comprar lujos con un préstamo de consumo es la peor transacción posible.
–En finanzas, nunca imitemos a las multitudes si no sabemos exactamente dónde invierten sus ahorros.
–Evitemos estar entre el gran grupo de personas que se arrepentirán de no haber empezado a invertir en su juventud.
–Si vestimos ropa de marca, es por vanidad o porque es de mejor calidad de esas prendas, o por ambas razones.
–Buenos proyectos de nuevos negocios fracasan o se pierden por insuficiente oración.
–Profesamos la sola scriptura, pero en el área de las finanzas, actuamos de manera mayoritariamente secular.
–Desarrollar nuestros dones requiere tiempo; tomémonos ese tiempo.
–Las maquinaciones de Satanás son la principal razón por la cual debemos conocer los principios bíblicos que gobiernan el dinero y las riquezas.
–Cuando tratemos responsablemente el endeudamiento o el sobreendeudamiento, Dios saldrá en nuestra ayuda; la soberbia y la desobediencia, Él las observa desde lejos.
-Charles Spurgeon decía que, de dos males, no se debe elegir ninguno; yo agrego y digo que de dos males, no se debe elegir el menos malo.
-Invertir en nuestra educación es tan necesario como invertir en nuestro prójimo.
-La suerte es solo un mito; no esperes a que el azar te favorezca. La consistencia, en cambio, es real y está bajo nuestro control. Con esfuerzo y dedicación continuos, podemos lograr nuestros objetivos y forjar nuestro propio éxito.
-Sin objetivos y metas en el área financiera, seremos presa de aquellos que sí las tienen.
-¿Por qué enfatizamos tanto la mayordomía en el área de las riquezas?’ Porque Jesús lo hizo.
–Vemos que hoy en día es común atribuir nuestro pecado a entidades ficticias como el “espíritu de Jezabel”, evitando así asumir responsabilidad y arrepentirnos de ellos; hermanos, evitemos que esto ocurra en nuestra gestión de las riquezas que el Señor nos ha confiado.
–Parafraseando a Jared C. Wilson: «Oh, ya veo que Ud. es meticuloso en su teología, apasionado en su política, intransigente en su eclesiología y directo en las redes sociales. Fantástico, fantástico, pero, ¿cómo están sus finanzas como siervo fiel?»
–Un hombre que admite: ‘Me equivoqué’ puede corregir sus finanzas erróneas, mientras que quien no lo reconoce se enfrentará a la bancarrota.
–Si el dinero simplemente fuera un producto que se pudiera replicar como una franquicia, cuya fórmula pudiera ser copiada por otros, entonces los apóstoles, profetas y falsos pastores tendrían razón al promover el “evangelio” de la prosperidad. Sin embargo, el dinero es un don que nos provee el Señor para administrarlo en Su nombre.
–Una cosa es disfrutar de las galletas de la suerte por su sabor, y otra muy distinta es comprarlas solo por leer los mensajes que contienen.
–Tan pronto como los niños reconocen el mal, bajo la guía del Espíritu Santo, son capaces de aprender a —no robar— principio esencial de la mayordomía bíblica en el manejo de las finanzas.
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