–Todo se trata de nuestro corazón; trabajar en él según las Escrituras es la clave para liberarnos de las deudas malas.
–Si administrar las riquezas fuera sencillo, todos seríamos siervos fieles; sin embargo, toda gestión requiere conocimiento y acción, todo bajo la obediencia a los principios que rigen las riquezas del Señor Jesucristo, los cuales hallamos en Su palabra escrita.
–Si Dios es siempre sabio y no se puede encontrar error en Él, ¿por qué dudaríamos que sus principios bíblicos acerca de la mayordomía financiera no son la solución a nuestra mala administración de sus riquezas?
–Otra razón por la cual muchos “pastores” rechazan las Doctrinas de la Gracia Soberana, a las que se refieren peyorativamente como —el calvinismo— es porque ellas no apoyan la práctica de pedir, demandar o exigir sus pseudodiezmos de los cuales se enriquecen.
–Es más que obvio que nuestro Dios Trino está en todas nuestras finanzas.
-La esposa no es sierva de su esposo; ambos sí son siervos del Señor.
-Aferrarse al dinero es un peligro incluso de muerte. ¿Qué sucede si toda la economía se hunde mientras seguimos aferrados al dinero?
-El oprobio por Cristo es una riqueza mayor que los tesoros de Egipto.
-La tentación del consumismo desmedido y el pecado que implica, no solo rompen un principio bíblico sino que además nos llevan a la ruina.
-El futuro de nuestras finanzas dependerá de lo que hagamos ahora en el presente.
-Se necesita más que dinero para ganar dinero; también se necesita mucho tiempo. Del dinero fácil, huyamos muy lejos.
-Administrar las finanzas es otro de los trabajos difíciles que existen, y es por eso que tan poca gente se dedica concienzudamente a llevarlo a cabo.
-Permanecer en Jesús va de la mano con permanecer en su Palabra Escrita, y si su Palabra Escrita permanece en nosotros, entonces nos resultará fácil administrar sus riquezas como un siervo fiel.
-Una cosa es conocer los principios bíblicos acerca de la mayordomía financiera y otra distinta es aplicarlos con fe a la administración de las riquezas del Señor.
-Los celos financieros son una señal indirecta de falta de fe en el Señor o el reconocimiento público de nuestra propia ineficacia para administrar Sus riquezas.
-¿Quién es rico? Preguntaron
-Cuando Jesús nos dice: ‘Sígueme’, está implícito que recibiremos muchas bendiciones materiales y monetarias para administrarlas.
-Cuando conocemos los principios bíblicos que controlan el dinero, logramos administrarlo; pero si los ignoramos, el dinero nos controla a nosotros.
-La riqueza se trata de servir al Señor, a la familia, a los hermanos en la fe y al prójimo, y no solo de los saldos en cuentas bancarias.
-Como nos resulta más fácil presumir y hablar de nuestras victorias que de nuestras derrotas, nos será difícil pedir ayuda cuando nuestras finanzas no estén en victoria.
-Dos más dos son cuatro, lo cual es lo mismo que decir: Vivir con menos dinero del que se gana, se aumenta el ahorro y se evitan las deudas.
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