–Para conservar la riqueza es necesario ahorrar y gastar solo en aquello que realmente necesitamos; nunca debemos sobreendeudarnos.
–Es importante establecer bases sólidas de educación financiera en los niños, así, crecerán sabiendo cómo hacer negocios y poner a trabajar el dinero para ellos; será uno de los mejores legados que podamos dejarles.
–Vivamos como siervos de Dios y no vivamos sin propósito alguno.
–Permitirse algo que no podemos costear es una mala administración del dinero.
–El interés compuesto, sin paciencia, es solo ahorro.
-Es para nosotros el Señor Jesucristo a quien administramos Sus riquezas, y no quien solo nos da dinero.
-Dios no nos ama porque seamos ricos o porque seamos pobres; nos ama desde antes de que Él hiciera al hombre mismo, nos ama desde la eternidad pasada.
-Desviarnos o «tomar atajos» de los principios bíblicos que gobiernan el dinero no nos permitirá administrarlo correctamente, sino que nos llevará a perderlo.
-Efesios nos insta a vestirnos con toda la armadura de Dios, la cual incluye la palabra escrita; armémonos del conocimiento sobre cómo ser siervos fieles del Señor Jesucristo.
-Dios también nos enseña cada día la responsabilidad a través de la administración que damos al dinero que Él pone en nuestras manos.
-Si no estamos firmes en la palabra escrita del Señor Jesucristo, nuestras finanzas estarán sobre arena movediza.
-Un buen consejo para ser siervos fieles del Señor Jesucristo es desviar la mirada de nosotros mismos y enfocarla en Él.
-Si las promesas de Dios no coinciden con nuestros deseos más elevados, íntimos y nobles de servirle a Él y al prójimo, entonces estamos reinterpretando Sus promesas.
-Sigamos estos consejos y mejoremos nuestro bienestar financiero: Gastemos menos de lo que ganamos. Tengamos un presupuesto claro. Evitemos la deuda mala. Aumentemos nuestros ingresos. Invirtamos nuestros ahorros.
-Cinco pasos para la tranquilidad financiera: Gastemos menos de lo que ganamos. Tengamos un presupuesto claro. Evitemos la deuda mala. Aumentemos nuestros ingresos. Invirtamos nuestros ahorros. Sigamos estos consejos y mejoremos nuestro bienestar financiero.
-Quejarse de problemas financieros sin encontrar culpables o soluciones creará un ambiente familiar negativo que afectará las relaciones.
-Dios permanece paciente y perdonador ante nuestra administración de sus riquezas; seamos pacientes con nosotros mismos en este aprendizaje.
-Este mundo endeudado no tiene esperanza sin el Señor Jesucristo.
-El mundo entero no es lo suficientemente grande como para mostrar la mitad de la mitad de las riquezas inescrutables que yacen escondidas en el Señor de señores.
-Los hermanos dadivosos son sermones vivientes.
-La humildad es necesaria tanto en la pobreza como en la riqueza.
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