Thomas Manton, un clérigo puritano inglés del siglo XVII, fue conocido por sus escritos teológicos detallados y sus sermones apasionados. Su obra abarca diversos temas, incluyendo la importancia de la vigilancia espiritual y la pureza moral.
En este contexto, la exhortación de Manton a “poner una guardia en tus ojos” sugiere una llamada a la cautela sobre lo que permitimos que entre en nuestra mente y corazón a través de nuestros ojos.
Es un reconocimiento de que nuestros sentidos, particularmente lo que vemos, tienen un impacto directo en nuestro ser interior, influenciando nuestras emociones, pensamientos y, en última instancia, nuestras acciones.
La frase de que “el pecado no irrumpa en tu corazón” subraya la enseñanza bíblica de la guardia del corazón como el centro de la vida espiritual y moral de una persona (Proverbios 4:23). Manton está advirtiendo sobre el peligro de permitir que las influencias externas negativas penetren y se arraiguen en el corazón, lo que podría llevar a la persona a alejarse de Dios y sus mandamientos.
Este consejo es especialmente pertinente en la era moderna, donde la exposición a una amplia gama de influencias a través de los medios digitales y sociales es constante y abrumadora.
La vigilancia sobre lo que consumimos visualmente, asegurándonos de que alineamos nuestra atención y enfoque con valores y principios éticos y espirituales, es crucial para mantener la integridad moral y el crecimiento espiritual.
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Así, la enseñanza de Manton se convierte en un recordatorio atemporal de la importancia de ser conscientes de las puertas que abrimos a través de nuestros sentidos, especialmente la vista, para proteger nuestro corazón de la corrupción del pecado y cultivar una vida que refleje el carácter de Cristo.
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