La Buena Voluntad de Dios, Romanos 12:2

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No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” Romanos 12:2

Conforméis (συσχηματίζω): La palabra «conforméis» en griego es syschematizo, que significa adoptar una forma externa o seguir un patrón. Como siervos de nuestro Señor Jesucristo, no debemos adoptar las prácticas mundanas en el manejo de las finanzas, ya que el mundo a menudo prioriza el materialismo y la avaricia. Un principio bíblico que surge de esto es el de vivir de manera contracultural, recordando que las riquezas son del Señor y deben ser administradas según Sus principios. En Mateo 6:19-20, Jesús nos instruye: «No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen… sino haceos tesoros en el cielo«.

Siglo (αἰών): En griego, «siglo» se traduce como aion, que se refiere a la era presente, con sus valores y prácticas. Como administradores de los recursos del Señor, estamos llamados a no dejar que las modas pasajeras y el consumismo guíen nuestras decisiones financieras. En 1ª Juan 2:15-17, se nos advierte que el amor al mundo es contrario al amor al Padre, y esto incluye cómo manejamos las posesiones materiales que son del Señor.

Transformaos (μεταμορφόω): La palabra «transformaos» en griego es metamorphoo, implicando un cambio interno y radical. Este principio nos llama a ser transformados en nuestra manera de pensar y actuar, especialmente en cómo administramos los bienes que son de Dios. 2 Corintios 5:17 nos recuerda que en Cristo somos nuevas criaturas, y esto incluye una nueva manera de ver y utilizar las riquezas.

Renovación (ἀνακαίνωσις): En griego, «renovación» es anakainosis, que indica un cambio completo para mejor. Como ministros del Señor Jesucristo, debemos renovar continuamente nuestra mente con los principios bíblicos sobre la administración financiera. Colosenses 3:10 nos insta a «vestirnos del nuevo hombre, renovado hasta el conocimiento pleno«.

Entendimiento (νοῦς): La palabra «entendimiento» es nous en griego, refiriéndose a la mente y el intelecto. Como esclavos del Señor, estamos llamados a usar nuestras facultades mentales para discernir y aplicar principios financieros que glorifiquen a Dios. Proverbios 3:5-6 nos aconseja confiar en el Señor con todo nuestro corazón y no apoyarnos en nuestro propio entendimiento.

Comprobéis (δοκιμάζω): La palabra «comprobéis» en griego es dokimazo, que significa examinar o poner a prueba. Esto nos desafía a poner a prueba nuestras prácticas financieras para ver si están alineadas con los principios de mayordomía bíblica. En Filipenses 4:8-9, se nos instruye a pensar en todo lo que es verdadero y digno de alabanza, aplicando esto también a nuestras decisiones económicas.

Voluntad (θέλημα): En griego, «voluntad» es thelema, que se refiere al deseo o propósito de Dios. Como administradores de las riquezas que son del Señor, debemos buscar siempre Su voluntad en nuestras decisiones financieras, asegurándonos de que sean agradables a Él. Efesios 5:17 nos exhorta a no ser insensatos, sino a entender cuál es la voluntad del Señor.

Agradable (εὐάρεστος) y Perfecta (τέλειος): La palabra «agradable» es euarestos, y «perfecta» es teleios en griego. Estos términos nos recuerdan que las decisiones que tomamos en cuanto a la administración de las riquezas deben ser satisfactorias y completas ante los ojos de Dios. Romanos 14:17-18 enfatiza que el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.

Supongamos que un creyente recibe un aumento significativo en su salario. En lugar de gastar el dinero adicional en lujos o bienes temporales, decide primero buscar la dirección de nuestro Señor Jesucristo a través de la oración. Al discernir que una parte de esos fondos debe ser dedicada a apoyar misiones y obras de caridad, está aplicando el principio de transformar su manera de ver las riquezas y utilizarlas para el avance del reino de Dios, honrando así al Señor como su administrador.

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En resumen, a través de Romanos 12:2, aprendemos que la mayordomía financiera implica no conformarse a los patrones del mundo, sino ser transformados y renovados en nuestro entendimiento para discernir la voluntad de Dios. Esto nos guía a manejar las riquezas del Señor Jesucristo con sabiduría y propósito, asegurándonos de que nuestras decisiones reflejen Su carácter y deseos. Al aplicar estos principios en nuestra vida diaria, no solo somos buenos administradores de lo que es del Señor, sino que también somos testigos de Su gracia y provisión para quienes nos rodean.

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