La distinción entre saber acerca de la mayordomía financiera y conocer realmente la mayordomía financiera es fundamental.
Saber acerca de la mayordomía financiera implica tener una comprensión teórica o intelectual de los principios que rigen la gestión responsable de los recursos financieros. Esto podría incluir el conocimiento de conceptos como el ahorro, la inversión, el dar, y la planificación financiera a partir de la educación, lecturas o discusiones.
Por otro lado, conocer la mayordomía financiera va más allá de la mera comprensión teórica; implica una aplicación práctica y vivencial de estos principios en la vida diaria.
No se trata solo de saber qué es lo correcto según los principios de la mayordomía financiera, sino de vivirlos. Esto significa tomar decisiones financieras conscientes que reflejen una gestión sabia de los recursos, como vivir dentro de los medios, evitar deudas innecesarias, invertir con sabiduría para el futuro, y dar generosamente.
La verdadera mayordomía financiera se arraiga en la convicción y se manifiesta en acciones consistentes que alinean el uso del dinero y los recursos con los valores y creencias más profundos de una persona. Por tanto, conocer la mayordomía financiera implica una transformación del corazón y la mente que afecta cómo se ve y se utiliza el dinero, reconociendo que todo proviene de Dios y se le debe administrar de manera que honre y refleje Sus propósitos.
Deja una respuesta