William J. Seymour; avivamiento

El 4 de marzo de 1906 (Historia Contemporánea), marca un hito crucial en la historia del cristianismo moderno con la figura de William J. Seymour, un predicador afroamericano que desempeñó un papel fundamental en el surgimiento del movimiento pentecostal. Seymour, influenciado por la enseñanza de Charles Parham, predicaba que la evidencia bíblica del bautismo en el Espíritu Santo se manifestaba en el don de hablar en lenguas (glosolalia). Este mensaje, sin embargo, no fue bien recibido en todas partes, y pronto enfrentó oposición significativa.

Ese día, Seymour fue excluido de la iglesia en Los Ángeles donde había sido invitado a predicar. Los líderes de la congregación no compartían su interpretación de las Escrituras respecto al bautismo en el Espíritu y la glosolalia como señal obligatoria de esa experiencia. 

A pesar del rechazo, Seymour no se desalentó y continuó con su ministerio en un hogar privado, donde comenzó a dirigir reuniones de oración con un grupo pequeño pero creciente de creyentes.

Estas reuniones pronto experimentaron un notable crecimiento, con personas deseosas de experimentar lo que Seymour enseñaba. A medida que aumentaba la asistencia, se hizo evidente la necesidad de un espacio más amplio para albergar a los congregantes. 

Esto llevó a la histórica decisión de alquilar un edificio en la calle Azusa en Los Ángeles, un antiguo local que había sido utilizado como iglesia metodista y luego como almacén. Allí, se iniciaron reuniones de avivamiento que pronto cobraron una notoriedad sin precedentes.

El llamado “Avivamiento de la Calle Azusa” atrajo a personas de diferentes trasfondos raciales y denominacionales, algo poco común en una época marcada por la segregación racial y la división doctrinal dentro del cristianismo. 

En estas reuniones, los asistentes afirmaban experimentar poderosas manifestaciones espirituales, como la glosolalia, sanidades y otras demostraciones que consideraban evidencia del mover del Espíritu Santo. Para muchos, era una restauración de la experiencia apostólica descrita en el libro de los Hechos.

No obstante, el avivamiento no estuvo exento de controversia. Numerosos críticos, tanto dentro como fuera de los círculos cristianos, cuestionaron la validez teológica de lo que ocurría en Azusa Street. 

Algunos veían la manifestación de lenguas y otros fenómenos como emocionalismo desenfrenado en lugar de verdadera espiritualidad. Otros lo consideraban una desviación del cristianismo ortodoxo, argumentando que la doctrina de Seymour carecía de una base bíblica sólida. 

Incluso dentro del propio movimiento pentecostal emergente, surgieron diferencias sobre la naturaleza y la importancia de la glosolalia.

A pesar de estas críticas, el impacto del avivamiento fue innegable. Desde Azusa Street, el pentecostalismo comenzó a expandirse con rapidez, primero por los Estados Unidos y luego a nivel internacional. 

Misioneros y predicadores que participaron en los encuentros llevaron su mensaje a diversas partes del mundo, sentando las bases para el crecimiento global del movimiento pentecostal y carismático. 

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Hoy en día, estas corrientes representan una de las ramas más dinámicas y de mayor crecimiento dentro del cristianismo, con millones de seguidores en todo el mundo.

El 4 de marzo de 1906, por lo tanto, marca no solo el rechazo inicial que enfrentó William Seymour, sino también el comienzo de un movimiento que transformaría radicalmente la escena cristiana en el siglo XX y más allá.

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