2ª Corintios 9:7 dice: «Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.»
La mayordomía bíblica en el área de las finanzas comienza con la actitud correcta hacia el dar. El versículo nos exhorta a dar como propuso en su corazón. La palabra propuso en griego es προαιρέομαι (proaireomai), que significa decidir de antemano o determinar.
Esto nos enseña que nuestras decisiones financieras, especialmente en términos de generosidad, deben ser deliberadas y bien pensadas, no impulsivas ni forzadas.
En Lucas 14:28 se nos dice: «Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?» La planificación y la reflexión son esenciales en nuestra mayordomía financiera.
El corazón, en griego καρδία (kardia), es el centro de nuestras emociones y decisiones. Dar desde el corazón implica una actitud de sinceridad y amor, no simplemente cumplir con una obligación.
Proverbios 4:23 dice: «Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.» Nuestro enfoque financiero debe surgir de un corazón alineado con los principios de Dios, buscando honrarlo en todo.
No con tristeza, ni por necesidad, destaca dos actitudes incorrectas hacia el dar. La palabra tristeza en griego es λύπη (lupē), que se refiere a dolor o pesar. Dar con tristeza significa dar de mala gana o con resentimiento, lo cual no es agradable a Dios.
1ª Corintios 13:3 dice: «Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.» El amor y la alegría deben ser la motivación detrás de nuestra generosidad.
Por necesidad, en griego ἀνάγκη (anankē), implica obligación o presión externa. Dar por necesidad significa hacerlo porque sentimos que debemos o porque otros nos lo exigen, en lugar de hacerlo voluntariamente.
En Mateo 6:1-4, Jesús nos advierte contra dar para ser vistos por otros, enfatizando que nuestras ofrendas deben ser sinceras y no motivadas por la presión social o el deseo de reconocimiento.
Dios ama al dador alegre. La palabra dador en griego es δότης (dotēs), que simplemente significa el que da. Pero la palabra alegre, en griego ἱλαρός (hilarós), añade una capa profunda de significado, sugiriendo alegría, satisfacción y entusiasmo en el acto de dar. Esta alegría en dar refleja el carácter de Dios mismo, quien es generoso y amoroso.
Hechos 20:35 nos recuerda: «En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.»
La mayordomía financiera también incluye la prudencia en la administración de nuestros recursos. Proverbios 21:5 dice: «Los pensamientos del diligente ciertamente tienden a la abundancia; mas todo el que se apresura alocadamente, de cierto va a la pobreza.«
La diligencia y la planificación cuidadosa son principios bíblicos que nos ayudan a manejar bien nuestras finanzas, asegurando que podamos ser generosos y responsables.
La generosidad es un reflejo de nuestra fe y confianza en Dios. Filipenses 4:19 dice: «Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.» Confiar en la provisión de Dios nos libera para dar generosamente, sabiendo que Él cuidará de nuestras necesidades.
También le interesaría:
En conclusión, la mayordomía bíblica en el área de las finanzas se basa en dar con un corazón dispuesto y alegre, planificar y administrar nuestros recursos con diligencia y confiar en la provisión de Dios. Al seguir estos principios, honramos a Dios con nuestras finanzas y reflejamos su carácter generoso y amoroso en nuestras vidas.
Deja una respuesta