El 21 de julio de 1958, el apologista inglés C. S. Lewis escribió en una carta una reflexión profunda que aborda una de las estrategias más sutiles y peligrosas del enemigo espiritual. La cita de Lewis es la siguiente:

“What the devil loves is that vague cloud of unspecified guilt or unspecified virtue, by which he lures us into despair or presumption.”

Para entender plenamente el significado de esta afirmación, es útil desglosar y analizar cada parte del pensamiento de Lewis.

La Nube Vaga de Culpa no Especificada

La «vaga nube de culpa no especificada» se refiere a un sentimiento general de culpabilidad que no está asociado a un pecado o falta específica. Este tipo de culpabilidad puede ser muy peligroso por varias razones:

  1. Parálisis Espiritual: Una culpa indefinida puede inmovilizar a una persona espiritualmente. Sin una causa clara, la persona no puede arrepentirse y buscar el perdón, lo que perpetúa un ciclo de culpa y desesperación.
  2. Distorsión de la Conciencia: Esta sensación de culpa vaga puede distorsionar la percepción de la propia conciencia, llevándola a dudar de su capacidad para discernir entre el bien y el mal. Esto puede hacer que una persona se sienta constantemente inadecuada o pecadora sin entender realmente el porqué.
  3. Alejamiento de Dios: El sentimiento de culpa sin especificar puede hacer que una persona se sienta indigno de acercarse a Dios. La culpa específica, por otro lado, puede ser confrontada y redimida a través de la confesión y el arrepentimiento, restaurando la relación con Dios.

La Nube Vaga de Virtud no Especificada

La «vaga nube de virtud no especificada» es igualmente peligrosa, aunque de manera diferente. Este sentimiento de virtud general pero indefinida puede conducir a:

  1. Presunción y Orgullo Espiritual: Sentirse virtuoso sin una base específica puede llevar a la presunción. La persona puede comenzar a creer que es inherentemente buena, sin reconocer sus faltas y la necesidad continua de la gracia y el perdón divino.
  2. Autojustificación: Este tipo de sentimiento puede llevar a la autojustificación, donde una persona se convence de que no necesita mejorar o buscar la santidad activamente, basándose en una vaga sensación de ser moralmente superior.
  3. Resistencia al Arrepentimiento: Sentirse virtuoso sin razón específica puede hacer que la persona sea resistente a la corrección y al arrepentimiento, creyendo que ya ha alcanzado un nivel suficiente de moralidad y no necesita crecer espiritualmente.

La Estrategia del Enemigo

C.S. Lewis señala que el diablo se deleita en estas condiciones porque ambas llevan a estados espirituales dañinos: la desesperación y la presunción. Ambos estados impiden el crecimiento espiritual y la relación genuina con Dios:

  • Desesperación: La vaga culpa conduce a la desesperación, un estado donde la persona siente que nunca puede ser perdonada o restaurada. La desesperación es un arma poderosa del enemigo porque roba la esperanza y la fe, dejándonos vulnerables y sin dirección espiritual.
  • Presunción: La vaga virtud lleva a la presunción, donde la persona se siente autosuficiente y orgullosa. La presunción es igualmente peligrosa porque cierra la puerta al arrepentimiento y a la humildad, esenciales para la vida cristiana.

La Respuesta Cristiana

Para contrarrestar estas tácticas, es esencial cultivar una conciencia bien formada y una espiritualidad basada en la verdad y la especificidad:

  1. Examen de Conciencia: Practicar regularmente el examen de conciencia, identificando pecados específicos y buscando el arrepentimiento y la reconciliación con Dios.
  2. Humildad y Gratitud: Mantener una actitud de humildad, reconociendo que cualquier virtud es un don de Dios y no un mérito propio.
  3. Discernimiento Espiritual: Desarrollar un discernimiento espiritual que permita identificar las tácticas del enemigo y responder con sabiduría y fortaleza.

En resumen, la reflexión de C.S. Lewis nos invita a ser conscientes de las sutilezas de la lucha espiritual, recordándonos que tanto la culpa como la virtud deben ser específicas y basadas en la verdad para mantenernos en el camino de la fe y la santidad.

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