«El hombre que verdaderamente cree comienza una vida de santidad, y de esa vida de santidad nunca se apartará del todo. Os concedo que puede ser sorprendido en una falta, pero será conducido de nuevo al arrepentimiento: no se le permitirá perecer.»
«Sé agradecido por las espinas y los cardos, que te impiden amar este mundo y convertirte en un idólatra.»
«Si pones tu caso en Sus manos, el Espíritu Santo derramará Su amor en tu corazón.»
«Tened ánimo, amigos míos. ¡Seguid al Capitán de vuestra salvación!»
«A medida que nos volvemos más como Cristo, veremos más de Cristo.»
«El Evangelio os da el deber de educar a vuestros hijos en el temor de Dios.»
«El destructor aún no ha celebrado un triunfo sobre el Redentor. No tiene allí ni una sola oveja a la cual pueda señalar y decir: “¡Ah, Pastor de las ovejas, no pudiste cuidarlas a todas!”»
«No os apartéis de Jesús; no sueñes con ir más allá de Él.»
«En el ministerio, el trabajo que hacemos es absolutamente imposible.»
«Los hombres nacidos de nuevo no caen para perecer, caen, porque son hombres. La vieja naturaleza está en ellos. Pero, con todos sus pecados, se arrepiente, sigue creyendo y, con los huesos rotos, regresa a su Señor y demuestra que sigue siendo un niño.
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