“Porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.” Romanos 1:19-20 (RVR1960)
Este pasaje es clave para entender lo que se conoce como la revelación general, es decir, el conocimiento de Dios que todos los seres humanos pueden obtener a través de la observación del mundo creado. En este texto, Pablo afirma que Dios se ha revelado a toda la humanidad de manera clara y manifiesta a través de Su creación. Lo que «de Dios se conoce» es accesible para todas las personas, porque las obras de Dios en la creación reflejan Su «eterno poder y deidad.»
La Creación como Testimonio. Pablo sostiene que el universo creado es un testimonio visible del carácter invisible de Dios. Al contemplar la creación, es evidente que existe un Creador poderoso y eterno. Las montañas, los cielos, los mares, y todo lo que vemos son un reflejo de la majestad, el poder y la sabiduría de Dios. Este conocimiento está disponible para todas las personas, independientemente de su cultura, idioma o ubicación geográfica. Por lo tanto, nadie puede argumentar que no tiene acceso a alguna forma de conocimiento de Dios.
El Problema del Pecado. A pesar de esta revelación general, el ser humano, debido a su naturaleza pecaminosa, rechaza este conocimiento de Dios. Aunque el testimonio de la creación es suficiente para reconocer la existencia de un Creador, el hombre en su rebeldía opta por ignorarlo o sustituirlo con sus propios ídolos y falsas creencias. Es aquí donde se introduce la culpabilidad humana: al rechazar la revelación de Dios en la creación, las personas se hacen responsables de su incredulidad. Pablo deja en claro que la revelación natural es suficiente para que los seres humanos sepan de la existencia de Dios, por lo que «no tienen excusa».
La Revelación General y la Salvación. Aunque la revelación general es suficiente para demostrar la existencia de Dios, no es suficiente para la salvación. Romanos 1:19-20 no sugiere que la creación pueda llevar a las personas a un conocimiento salvador de Dios, sino que señala que todos tienen suficiente evidencia de Su existencia para ser responsables de su respuesta. La creación revela el poder y la deidad de Dios, pero no revela el evangelio ni el camino a la salvación, que solo es revelado a través de la revelación especial, es decir, la Palabra de Dios y la predicación de Cristo.
Sin Excusa. Pablo enfatiza que, debido a esta revelación en la naturaleza, nadie tiene excusa para rechazar a Dios. Este es un punto importante en la argumentación de Pablo en Romanos, ya que señala la culpabilidad universal de la humanidad ante Dios. Todos, sin excepción, han recibido suficiente revelación para reconocer a Dios como el Creador, pero muchos eligen suprimir esa verdad por su propia injusticia.
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En Resumen, Romanos 1:19-20 nos recuerda que Dios ha hecho Su existencia manifiesta a toda la humanidad a través de la creación.
Nadie puede alegar ignorancia respecto a Dios, ya que el mundo natural testifica continuamente acerca de Su poder y divinidad. Sin embargo, aunque la creación señala a Dios, solo a través de la revelación especial —en Cristo y en la Escritura— podemos conocerle personalmente y recibir Su salvación.
Este pasaje subraya tanto la grandeza de Dios en la creación como la necesidad del Evangelio para que los seres humanos puedan ser reconciliados con Él.
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