¿Dónde lo Manda la Biblia?

Es muy cierto que no encontramos un mandamiento explícito en las Escrituras que ordene el bautismo de infantes, una práctica llevada a cabo por la denominación presbiteriana, aunque no todos sus miembros la acatan. Sin embargo, los presbiterianos y otras tradiciones reformadas justifican esta práctica mediante una interpretación teológica que conecta el bautismo con la señal del pacto de gracia. 

Así como los hijos de los creyentes eran circuncidados bajo el antiguo pacto (Génesis 17:10-12), entienden que, en el nuevo pacto, los hijos de creyentes deben recibir el bautismo como una señal de su inclusión en la comunidad del pacto, basándose en pasajes como Hechos 2:39.

De manera similar, existen otras prácticas en la vida cristiana que, aunque no cuentan con un mandato expreso en las Escrituras, son llevadas a cabo por los creyentes en base a principios bíblicos. Algunos ejemplos son:

La reunión dominical: Aunque no hay un mandato explícito en el Nuevo Testamento que exija a los cristianos reunirse el domingo, esta práctica tiene fundamento en textos como Hechos 20:7 y 1ª Corintios 16:2, donde se evidencia que los creyentes se congregaban el primer día de la semana en honor a la resurrección de Cristo.

El uso de instrumentos musicales en la adoración: En el Antiguo Testamento se ordena el uso de instrumentos en el culto (Salmo 150), pero no hay un mandato explícito en el Nuevo Testamento que regule esta práctica. A pesar de ello, muchas iglesias lo adoptan como expresión legítima de adoración, considerando que no contradice los principios bíblicos.

La fórmula específica de bodas cristianas: Aunque el matrimonio es claramente instituido por Dios (Génesis 2:24), no se presenta un modelo detallado en las Escrituras para las ceremonias matrimoniales cristianas. Sin embargo, las iglesias han desarrollado liturgias y prácticas basadas en principios bíblicos para llevar a cabo los matrimonios.

Escuelas dominicales: La enseñanza de la Palabra es un mandato claro en la Biblia (Deuteronomio 6:6-7), pero el formato de clases en una escuela dominical no se menciona en las Escrituras. Esta práctica se desarrolló como un medio práctico para el discipulado y la instrucción en la fe.

El rebautismo de creyentes: Aunque la Biblia no ordena explícitamente rebautizar a aquellos que ya han recibido el bautismo bajo ciertas circunstancias, hay casos donde esto ocurre. Por ejemplo, en Hechos 19:1-7 se relata cómo el apóstol Pablo rebautizó a unos discípulos en Éfeso que solo habían recibido el bautismo de Juan, ya que desconocían el Espíritu Santo. 

Ese pasaje es interpretado por algunas denominaciones como un precedente para rebautizar a personas que, aunque hayan recibido un bautismo anterior, no lo hicieron conforme al entendimiento pleno del Evangelio. Aunque no es un mandato general para todas las situaciones, se convierte en una práctica que algunas denominaciones adoptan por convicción teológica

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En todos estos casos, aunque no hay un mandato explícito, los creyentes buscan aplicar principios bíblicos de manera que glorifiquen a Dios y edifiquen a Su pueblo. 

Esto refleja la libertad cristiana de actuar dentro de los límites de las Escrituras, siguiendo la exhortación de 1ª Corintios 10:31: “Hacedlo todo para la gloria de Dios”.

Así, el bautismo de infantes, al igual que estas otras prácticas, se enmarca en un esfuerzo por ser fieles al testimonio bíblico y a los principios del pacto de gracia. 

Aunque no todos lo practiquen o lo consideren necesario, es un recordatorio de que, en muchos aspectos de la vida cristiana, las convicciones están moldeadas no solo por mandamientos explícitos, sino también por la interpretación y aplicación de principios eternos revelados en la Palabra de Dios.

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