El diezmo del Antiguo Testamento es descrito de una manera bastante diferente a cómo a menudo se concibe en la práctica moderna, presentando varios aspectos que podrían parecer extraños o inesperados a muchos cristianos de hoy.
El Diezmo como Comida para Festivales: En Deuteronomio 14, el diezmo no es principalmente una figura de riqueza o ganancia económica entregada a una institución religiosa, sino más bien comida para ser consumida por los dadores en un festival religioso en un lugar santo.
Esto es notablemente diferente de la percepción moderna del diezmo como una contribución monetaria para el mantenimiento de la congregación local, la denominación nacional o internacional o de sus líderes.
Inclusión de los Extranjeros en el Beneficio del Diezmo: Además de ser usado para festivales religiosos, parte del diezmo se destinaba a los levitas, huérfanos, viudas y extranjeros dentro de la nación, indicando una función social o caritativa del diezmo.
El Diezmo como Expresión de Gratitud y Celebración, no simplemente como obligación o tributo. Esto enfatiza un aspecto de adoración y agradecimiento en la práctica del diezmo, que se esperaba que se realizara en un espíritu de gozo y no como una carga.
El texto hebreo original para “diezmo” es מַעֲשֵׂר (ma’aser), que literalmente significa “décima parte” se refiere específicamente a la décima parte de —los productos agrícolas o del ganado— que se separaba como ofrenda o contribución.
Aunque el concepto del diezmo se menciona en el contexto de la ley en textos como Mateo 23:23, donde Jesús habla de la importancia de no descuidar los aspectos más importantes de la ley —la justicia, la misericordia y la fe— mientras se practica el diezmo de hierbas menores, es fundamental observar que Jesús lo menciona en un contexto de crítica a la hipocresía farisaica, no necesariamente como un endoso del diezmo en sí para la iglesia.
Esos aspectos del diezmo bajo la ley mosaica son diferentes de las prácticas y enseñanzas modernas sobre el diezmo en muchas denominaciones cristianas, que a menudo enfatizan el diezmo como una obligación financiera.
En el contexto bíblico, el diezmo tiene una dimensión más integrada a la vida y la comunidad, con énfasis en la celebración y la provisión social, más que solo como un deber financiero.
Esto desafía a los cristianos modernos a considerar más ampliamente el propósito y la aplicación de las prácticas de dar en sus comunidades de fe.
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