El interés compuesto es un concepto financiero que describe cómo una cantidad inicial de dinero crece a lo largo del tiempo a medida que los intereses se acumulan y se reinvierten para generar más intereses.
Para ilustrar este principio, a menudo se utiliza la leyenda del inventor del ajedrez y su rey. Según esta historia, el inventor solicitó que se le pagara con granos de arroz de una manera específica: colocar un grano de arroz en la primera casilla del tablero de ajedrez, dos en la segunda, cuatro en la tercera, y así sucesivamente, doblando la cantidad de granos en cada casilla sucesiva hasta llegar a las 64 casillas.
Este ejemplo destaca cómo pequeñas cantidades pueden aumentar exponencialmente a través del proceso de duplicación continua.
Al principio, el crecimiento parece lento y los números son pequeños. Por ejemplo:
- Casilla 1: 1 grano
- Casilla 2: 2 granos
- Casilla 3: 4 granos
- Casilla 4: 8 granos
Continuando con este patrón, el número de granos sigue doblando con cada casilla sucesiva.
A medida que te acercas a las casillas finales, el número de granos se vuelve asombrosamente grande:
- Casilla 21: aproximadamente 1 millón de granos
- Casilla 41: más de 1 billón de granos
- Casilla 64: alcanza una cantidad astronómica que sobrepasa los quintillones de granos.
Este ejemplo demuestra poderosamente el efecto del interés compuesto.
En términos financieros, si inviertes una suma de dinero y dejas que los intereses se acumulen y se reinviertan, el crecimiento de tu inversión podría parecerse al crecimiento en el número de granos de arroz en el tablero de ajedrez.
Con el tiempo, incluso una pequeña inversión inicial puede crecer hasta convertirse en una suma considerable, ilustrando así la importancia de comenzar a invertir temprano y permitir que el tiempo y la reinversión de los intereses hagan su trabajo.
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