Esto te Hará Cambiar


Después de leer este post, es casi seguro que seguirás exactamente igual que antes de haberlo leído. No importa cuán “desesperado” estés por salir de tus deudas, mejorar tu economía o arreglar tus finanzas, la realidad es que el porcentaje de personas que implementan lo que leen para cambiar su situación financiera es muy baj

Aunque este sitio web con más de mil quinientas paginas ofrece principios bíblicos, estrategias efectivas, consejos prácticos y pasos accionables para superar la pobreza y lograr estabilidad financiera, la mayoría de las personas no los llevará a cabo. Tal vez lo leerás con la mejor intención y te sientas motivado por un momento, pero el simple acto de leer no conduce al cambio. Al final del día, regresarás a tus hábitos rutinarios, y lo que has leído se desvanecerá de tu mente.

Estudios muestran que el porcentaje de personas que aplican lo que aprenden para mejorar su situación financiera es increíblemente bajo. Cambiar requiere esfuerzo, disciplina y una fuerza de voluntad que pocos están dispuestos a ejercer. Es más cómodo seguir en la misma rutina, culpar a las circunstancias y esperar que las cosas mejoren por sí solas.

Piensa cuántas veces has leído consejos financieros o libros de autoayuda, y cuántas veces has aplicado algo significativo. La respuesta, lamentablemente, es casi siempre la misma: ninguno o muy poco, porque es más fácil quedarte donde estás.

Las deudas, la mala economía y las finanzas desastrosas son difíciles de cambiar, y aunque sepas qué hacer, hacerlo es otra historia. El conocimiento no se traduce automáticamente en acción, y ahí es donde la mayoría fracasa.

Acepta la realidad: es probable que este post no haga ninguna diferencia en tu vida. La mayoría de las personas no cambian simplemente porque leen algo, y es probable que formes parte de esa mayoría.


Si has llegado hasta este punto, te recomendaría que leas: «La Base y Pilares de los Principios Financieros».

Es cierto que las estadísticas pueden parecer desalentadoras y que muchos enfrentan las mismas dificultades financieras día tras día, a pesar de tener el conocimiento de lo que deben hacer para mejorar su situación. Sin embargo, como siervos de Dios, nuestra perspectiva es diferente. Hemos sido llamados no solo a ser oidores, sino también hacedores de la Palabra y de los principios que Dios nos ha revelado.

Nuestra obligación amorosa no es permanecer en ese porcentaje que no actúa, sino esforzarnos en salir de esa estadística, sabiendo que lo hacemos para la gloria de Dios, no solo para el beneficio personal. No somos dueños de lo que se nos ha dado; somos administradores, mayordomos de los bienes y recursos que Dios nos ha confiado, y es nuestra responsabilidad cuidar de ellos de acuerdo a Sus principios.

La clave está en recordar que no lo haremos solos. Dios nos da la capacidad, la sabiduría y la fortaleza para implementar cambios reales y duraderos en nuestras vidas. Si aplicamos los principios bíblicos con diligencia y fe, no solo las finanzas cambiarán, sino que también nuestro testimonio como siervos fieles de Cristo brillará más.

Cada pequeño paso que demos en obediencia cuenta, y con el poder del Espíritu Santo, podemos superar cualquier obstáculo y glorificar a Dios en cada área de nuestra vida, incluida la administración de Sus recursos.

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