John Bunyan; nombramiento al pastorado

El 21 de enero de 1672 (Historia Moderna), un evento significativo tuvo lugar en la vida de John Bunyan, quien se encontraba encarcelado por predicar sin licencia en Inglaterra. A pesar de las restricciones legales impuestas a los predicadores no conformistas durante ese tiempo, la congregación en Bedford lo eligió como su pastor, reconociendo su liderazgo espiritual y su compromiso con el evangelio. 

Este momento marcó un punto crucial en la vida de Bunyan, ya que, aunque estaba privado de su libertad física, continuó sirviendo al Señor con dedicación y fervor.

Contexto histórico y religioso. En el siglo XVII, Inglaterra vivía un período de intensa tensión religiosa. Tras la Restauración de la monarquía en 1660, bajo el reinado de Carlos II, se restableció la Iglesia de Inglaterra como la iglesia oficial del estado. 

Esto trajo consigo leyes estrictas contra los disidentes religiosos, es decir, aquellos que no se conformaban a las prácticas y liturgia de la Iglesia anglicana. 

Estas leyes incluían la prohibición de predicar o realizar reuniones religiosas fuera de la iglesia estatal, salvo con licencia oficial.

John Bunyan, un predicador bautista no conformista, se negó a someterse a estas restricciones. Su compromiso con la predicación del Evangelio le llevó a realizar reuniones en casas particulares y al aire libre, actos que el gobierno consideraba ilegales. Como resultado, en 1660 fue arrestado y encarcelado en la prisión del condado de Bedford.

La elección de Bunyan como pastor. A pesar de su encarcelamiento, la congregación bautista de Bedford lo eligió como su pastor el 21 de enero de 1672. 

Este nombramiento refleja el profundo respeto y la admiración que la comunidad tenía hacia Bunyan, quien ya era conocido por su predicación poderosa y su conocimiento de las Escrituras. 

La elección también muestra cómo las iglesias no conformistas continuaron resistiendo las restricciones legales, priorizando su fidelidad a Dios sobre las leyes humanas.

Aunque estaba encarcelado, Bunyan no dejó de ejercer su ministerio. Desde su celda, mantenía contacto con su congregación, escribía cartas de ánimo y ofrecía consejo pastoral. 

Además, predicaba a los demás prisioneros y aprovechaba cada oportunidad para compartir el mensaje del evangelio. Esta capacidad de ministrar desde la prisión fue un testimonio poderoso de su fe y dedicación.

La obra literaria de Bunyan y El progreso del peregrino. Durante su tiempo en prisión, Bunyan se dedicó a escribir, utilizando sus circunstancias adversas como inspiración para producir algunas de las obras más influyentes de la literatura cristiana. 

Su trabajo más destacado, El progreso del peregrino (The Pilgrim’s Progress), comenzó a gestarse durante estos años de encarcelamiento y fue publicado por primera vez en 1678, después de su liberación.

El progreso del peregrino es una alegoría cristiana que narra el viaje de “Cristiano”, un hombre común, desde la “Ciudad de la Destrucción” hacia la “Ciudad Celestial”. A través de su viaje, enfrenta diversas pruebas, tentaciones y enemigos, que simbolizan los desafíos espirituales que enfrentan los creyentes en su camino hacia la salvación. 

La obra reflejaba no solo las convicciones teológicas de Bunyan, sino también su experiencia personal de sufrimiento, perseverancia y esperanza.

Este libro se convirtió en un clásico inmediato y sigue siendo una de las obras más leídas de la literatura cristiana, traducida a más de 200 idiomas y con una influencia que se extiende hasta nuestros días.

También le interesaría:

La elección de Bunyan como pastor, incluso mientras estaba encarcelado, es un testimonio de su impacto como líder espiritual. 

Su vida refleja el poder de la fe y la dedicación a Dios en medio de la adversidad. 

A pesar de los intentos del gobierno por silenciarlo, su ministerio continuó floreciendo, y su legado perdura no solo a través de su congregación en Bedford, sino también en las páginas de sus escritos.

El ejemplo de Bunyan inspira a los cristianos a mantenerse firmes en su fe, a confiar en la soberanía de Dios en tiempos difíciles y a utilizar cualquier circunstancia, incluso las más desafiantes, para la gloria de Dios. 

Su historia es un recordatorio de que la verdadera libertad no depende de las condiciones externas, sino de la relación con Cristo y la obediencia a Su llamado.

Comparte en tus redes


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *