John Bunyan

El 18 de agosto de 1688, el clérigo puritano John Bunyan, a la edad de 69 años, predicó su último sermón antes de morir trece días después, el 31 de agosto de ese mismo año.

Bunyan es conocido principalmente por haber escrito una de las obras más influyentes de la literatura cristiana: El progreso del peregrino (Pilgrim’s Progress), publicada en 1678. Esta obra es una alegoría que describe las dificultades y pruebas que enfrentan los cristianos en su vida espiritual mientras transitan por este mundo hacia la salvación eterna.

John Bunyan nació en 1628 en Elstow, Inglaterra, en una familia humilde. A lo largo de su vida, estuvo profundamente influenciado por la tradición puritana, que enfatizaba la necesidad de una vida piadosa y de una fe personal genuina en Jesucristo.

Los puritanos buscaban purificar la Iglesia de Inglaterra de lo que consideraban prácticas corruptas y tradiciones no bíblicas, y promovían una vida de rigor moral y devoción ferviente.

Bunyan no tuvo una vida fácil. Antes de su conversión, llevó una vida que él mismo describió como llena de pecado. Sin embargo, tras una profunda crisis espiritual, experimentó una conversión dramática y se unió a una iglesia bautista no conformista, donde eventualmente se convirtió en predicador.

Debido a su fe y a su negativa a dejar de predicar sin la autorización de la Iglesia de Inglaterra, Bunyan fue encarcelado en varias ocasiones, pasando un total de aproximadamente 12 años en prisión.

Durante uno de estos encarcelamientos, Bunyan escribió El progreso del peregrino, una obra que ha sido traducida a más de 200 idiomas y que sigue siendo una de las más leídas en la historia de la literatura cristiana.

El progreso del peregrino es una alegoría, es decir, una historia que utiliza símbolos y metáforas para transmitir significados más profundos, en este caso, relacionados con la vida cristiana.

La obra narra el viaje de «Cristiano», el protagonista, desde la «Ciudad de la Destrucción» (que simboliza el mundo caído y pecaminoso) hasta la «Ciudad Celestial» (que representa la salvación y el cielo).

A lo largo de su viaje, Cristiano enfrenta numerosas pruebas, tentaciones y desafíos, que simbolizan las luchas y dificultades que todo creyente enfrenta en su vida espiritual.

Algunos de los personajes y lugares que encuentra en su camino, como el «Pantano del Desaliento», el «Valle de Sombra de Muerte», y «Vanidad» (la feria de las vanidades), son representaciones poderosas de las experiencias comunes a todos los cristianos en su lucha por mantener la fe.

La obra es una representación vívida y didáctica de la doctrina puritana de la perseverancia en la fe, y ha servido como inspiración y guía espiritual para innumerables personas a lo largo de los siglos.

El éxito de El progreso del peregrino se debe en gran medida a su capacidad para conectar con la experiencia humana universal de lucha, esperanza y redención, utilizando un lenguaje sencillo pero poderoso.

El 18 de agosto de 1688, trece días antes de su muerte, Bunyan predicó su último sermón. Aunque los detalles exactos de este sermón no están completamente documentados, es probable que, como en sus otras predicaciones, Bunyan haya enfatizado la necesidad de una fe auténtica y perseverante en Cristo, el arrepentimiento de los pecados y la esperanza en la gracia salvadora de Dios.

Bunyan era conocido por su predicación apasionada y su habilidad para comunicar verdades profundas de manera comprensible para el común de la gente.

Su muerte, ocurrida poco después, marcó el final de una vida dedicada a la predicación y la escritura en servicio a la causa de Cristo y del evangelio. Sin embargo, su legado continúa vivo a través de sus escritos, especialmente El progreso del peregrino, que sigue siendo una fuente de inspiración y edificación espiritual para cristianos en todo el mundo.

También le interesaría:

En conclusión, el último sermón de John Bunyan, predicado el 18 de agosto de 1688, representa el cierre de una vida dedicada al servicio cristiano en medio de dificultades y persecuciones.

Su obra maestra, El progreso del peregrino, permanece como un testimonio perdurable de la fe puritana y un recordatorio de las luchas y la esperanza que caracterizan la vida del creyente.

Bunyan no solo dejó una huella profunda en la literatura cristiana, sino que también fortaleció a generaciones de creyentes en su caminar hacia la «Ciudad Celestial».

Comparte en tus redes


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *