Pastor Asalariado, Juan 10:11-13

Jesús utiliza la figura del pastor asalariado en una parábola para ilustrar profundas verdades sobre el liderazgo espiritual y la relación entre Él, el Buen Pastor, y sus seguidores, a quienes llama «ovejas.» En Juan 10:11-13, se presenta a sí mismo como el Buen Pastor, alguien dispuesto a dar su vida por las ovejas, en contraste con el pastor asalariado. Este último, al ver venir al lobo, huye porque no le importan realmente las ovejas; su compromiso es superficial, limitado a la relación laboral y el salario que recibe. Jesús expone que el pastor asalariado carece de un sentido de pertenencia y amor hacia el rebaño, ya que su motivación principal es el beneficio personal y no el bienestar de las ovejas.

El pastor asalariado es una figura que representa a aquellos líderes que, aunque ocupan una posición de autoridad, están más interesados en su propio bienestar que en el cuidado genuino de quienes dependen de ellos. En momentos de peligro o dificultad, tales líderes no dudan en abandonar a las ovejas, ya que no poseen un compromiso profundo. Jesús utiliza esta comparación para evidenciar el riesgo de tener líderes cuyo interés radica únicamente en lo material o en su beneficio personal, en lugar de un auténtico amor y devoción por el rebaño.

Este pasaje, además, contiene una crítica a los líderes religiosos de su tiempo que no atendían adecuadamente a su congregación, actuando más como asalariados que como pastores fieles. En el contexto bíblico, los líderes espirituales son llamados a cuidar y nutrir a sus seguidores, con un espíritu de dedicación y sacrificio que va más allá de la obligación y se basa en el amor. Jesús contrasta su propio liderazgo, basado en el sacrificio y la entrega total, con el de aquellos líderes que, por intereses egoístas, no pueden proteger ni guiar verdaderamente a sus seguidores.

La figura del pastor asalariado advierte sobre el peligro de liderar con motivaciones equivocadas. Jesús, como el Buen Pastor, enseña que la verdadera guía espiritual requiere compromiso, amor y una preocupación sincera por el bienestar de los demás. Liderar a otros no es simplemente una posición de autoridad, sino un llamado al sacrificio y al servicio, tal como Él lo ejemplifica. Así, el pasaje de Juan 10:11-13 no solo refleja la naturaleza del liderazgo de Jesús, sino que invita a sus seguidores a reflexionar sobre las características de un liderazgo auténtico y comprometido.

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Jesús nos deja ver que el pastor asalariado actúa solo en función de lo que puede ganar y no tiene un vínculo real con sus ovejas, y a través de esta metáfora, nos anima a reflexionar sobre el tipo de liderazgo que valoramos y practicamos.

Su mensaje enfatiza que un liderazgo verdadero no está motivado por intereses egoístas, sino por un amor genuino hacia aquellos a quienes se lidera, destacando así las diferencias entre aquellos que buscan servir y proteger verdaderamente y aquellos que lo hacen solo por conveniencia.

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