Motivación Correcta

Serie: Pastores Asalariados. El tema de los pastores asalariados, es decir, aquellos que reciben un salario por su labor ministerial, ha sido abordado en las Escrituras con claridad y en diferentes contextos. La Biblia establece principios sobre el sustento de aquellos que trabajan en el ministerio, y Jesús mismo también habló sobre el papel y la motivación de los pastores, lo que nos ayuda a entender cómo debemos ver esta práctica desde una perspectiva bíblica.

El Derecho al Sostenimiento en el Ministerio. El apóstol Pablo establece en varias ocasiones que aquellos que trabajan en el ministerio tienen derecho a recibir sustento económico. En 1ª Corintios 9:13-14, Pablo dice: “¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan? Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio”. Aquí, Pablo utiliza el ejemplo de los sacerdotes del Antiguo Testamento, quienes eran sostenidos por las ofrendas del pueblo, y señala que los ministros del evangelio tienen derecho a recibir sustento.

Este principio también se observa en Gálatas 6:6, donde Pablo enseña: “El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye”. Este versículo refuerza la idea de que los creyentes deben compartir sus bienes materiales con aquellos que los enseñan y guían espiritualmente.

Jesús y el Trabajo del Obrero. Jesús mismo habló sobre el derecho al sustento para los obreros en el ministerio. En Lucas 10:7, mientras envía a sus discípulos a predicar, les instruye: “Y posad en aquella misma casa, comiendo y bebiendo lo que os den; porque el obrero es digno de su salario”. Jesús aquí reconoce que aquellos que están dedicados al trabajo ministerial tienen derecho a recibir el sustento necesario de las personas a las que ministran.

Además, en Mateo 10:10, Jesús instruye a sus discípulos a no llevar ni oro, ni plata, ni ropa de repuesto, porque “el obrero es digno de su alimento”. Esto significa que, al dedicarse al trabajo de evangelización, el pueblo de Dios debería proveer para sus necesidades.

Advertencias Sobre la Motivación Correcta. Aunque las Escrituras afirman que los ministros tienen derecho a recibir un salario, también se enfatiza la importancia de la motivación correcta. En 1ª Pedro 5:2-3, Pedro exhorta a los pastores a “apacentar la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto”. Aquí se destaca que la labor del pastor no debe ser impulsada por un deseo de ganancias materiales, sino por una vocación sincera de servir y cuidar del rebaño.

De manera similar, en 1ª Timoteo 3:3 y Tito 1:7, Pablo menciona que un líder espiritual debe ser “no amante del dinero”. Esto significa que, aunque recibir un salario no es en sí mismo inapropiado, el corazón del pastor debe estar puesto en el servicio a Dios y no en el enriquecimiento personal.

El Ejemplo de Pablo: Servicio Sin Expectativas Financieras. Aunque Pablo reconoce el derecho al sostenimiento financiero, él mismo trabajó para sustentarse y no ser una carga para las iglesias. En 1ª Tesalonicenses 2:9, Pablo dice: “Porque os acordáis, hermanos, de nuestro trabajo y fatiga; cómo trabajando de noche y de día, para no ser gravosos a ninguno de vosotros, os predicamos el evangelio de Dios”. Pablo utilizó su propio ejemplo para mostrar que el ministerio no debe ser un medio para obtener riqueza personal, sino una labor de amor.

Pablo no rechazó el apoyo financiero, pero también mostró que estaba dispuesto a renunciar a este derecho por amor a las iglesias y para evitar que el mensaje del evangelio fuera malinterpretado.

El Buen Pastor vs. El Asalariado. Jesús, en Juan 10:11-13, contrasta el buen pastor con el asalariado o mercenario. Él dice: “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo, y deja las ovejas y huye”. Aquí, Jesús se presenta como el buen pastor que sacrifica su vida por sus ovejas, en contraste con el asalariado, quien solo cuida a las ovejas por el dinero y huye en el momento del peligro.

Este pasaje no se refiere específicamente al salario, sino a la motivación y el compromiso del pastor. Jesús no condena el recibir un salario, pero deja claro que un pastor verdadero debe estar dispuesto a sacrificar por su rebaño, no solo a servir por el beneficio personal.

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El Equilibrio Bíblico. Desde un contexto bíblico, es claro que los pastores tienen derecho a recibir un salario por su labor ministerial, pero también se recalca que la motivación principal debe ser el amor y el servicio, no el dinero. La Biblia nos llama a apoyar a aquellos que nos enseñan y guían en la fe, pero también a tener líderes cuyo compromiso sea sincero y dedicado a la obra de Dios.

Un pastor según las Escrituras, puede ser fiel y dedicado si su motivación no es el dinero, sino el deseo de servir a Dios y a Su pueblo. En este equilibrio entre el derecho al sustento y la pureza de corazón, encontramos el modelo que Dios nos presenta para los líderes espirituales: Aquellos que son dignos de su salario, pero cuyo corazón está completamente dedicado a su llamado pastoral.

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