“Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?” Lucas 14:28 (RVR1960)
En Lucas 14:28, Jesús enseña la importancia de sentarse primero y calcular los gastos antes de comenzar un proyecto, como la construcción de una torre. Este principio de planificación financiera es esencial para una buena mayordomía de los recursos que Dios nos ha confiado.
Debemos hacer lo mismo con nuestras finanzas personales. Proverbios 21:5 dice: “Los planes bien meditados: ¡pura ganancia! Los planes apresurados: ¡puro fracaso!”. Tomarnos el tiempo para planificar nos ayuda a evitar decisiones impulsivas y garantiza que estamos preparados para el futuro.
Evaluación de Recursos
El versículo también enfatiza la necesidad de evaluar nuestros recursos para ver si tenemos lo que se necesita para completar la tarea. En términos financieros, esto significa revisar nuestros ingresos, gastos, ahorros y deudas para asegurarnos de que estamos en una posición sólida para alcanzar nuestros objetivos.
Proverbios 27:23-24 nos aconseja: “Sé diligente en conocer el estado de tus ovejas, y mira con cuidado por tus rebaños; porque las riquezas no duran para siempre”. Debemos estar conscientes de nuestra situación financiera actual para poder tomar decisiones informadas.
Disciplina y Control
La decisión de sentarse primero y calcular los gastos también requiere disciplina y control. No podemos gastar impulsivamente o sin considerar las consecuencias a largo plazo.
Proverbios 25:28 dice: “Como ciudad derribada y sin muro es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda”. Debemos ser disciplinados en nuestra administración financiera, estableciendo límites y controlando nuestros impulsos de gasto.
Responsabilidad y Prudencia
Tomar el tiempo para calcular los costos de un proyecto antes de comenzarlo muestra responsabilidad y prudencia. Este principio se aplica directamente a nuestras finanzas, ya que debemos ser responsables con los recursos que Dios nos ha dado.
Proverbios 22:3 dice: “El prudente ve el mal y se esconde, mas los simples pasan y reciben el daño”. Ser prudentes en nuestras decisiones financieras nos protege de riesgos innecesarios y nos ayuda a ser buenos administradores de nuestras finanzas.
Dependencia de Dios
Finalmente, este versículo nos recuerda que, aunque debemos planificar y ser diligentes, nuestra confianza última debe estar en Dios. Proverbios 16:9 dice: “El corazón del hombre traza su rumbo, pero sus pasos los dirige el Señor”. Aunque hacemos planes y evaluamos nuestros recursos, debemos depender de la dirección y provisión de Dios en todas nuestras decisiones financieras.
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