Tesoros Eternos, Mateo 6:21

En Mateo 6:21, la palabra griega traducida como “tesoro” es «θησαυρός» (thesaurós), que se refiere literalmente a un depósito o almacenamiento de riquezas, ya sean estas monetarias, en bienes, o incluso en valores más abstractos como la sabiduría o el conocimiento.

En el contexto de ese versículo, Jesús está enseñando sobre la importancia de acumular tesoros en el cielo en lugar de en la tierra, donde “la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan”.

Al usar la palabra θησαυρός, Jesús no solo se refiere a la riqueza material sino también a lo que valoramos y priorizamos en la vida. Este término, en el contexto de sus enseñanzas, sugiere una reflexión más profunda sobre dónde dirigimos nuestra atención, energía y recursos.

La elección entre los tesoros terrenales y los celestiales es una cuestión de dónde está nuestro corazón, es decir, lo que realmente valoramos y amamos.

La enseñanza subraya una verdad espiritual: lo que consideramos nuestro “tesoro” revela el centro de nuestra vida y adoración. Si nuestro corazón está fijado en las riquezas terrenales, nuestra vida girará en torno a ellas, pero si nuestro tesoro está en lo divino y eterno, entonces nuestro corazón y nuestra vida reflejarán esos valores espirituales.

Así, «θησαυρός» en ese versículo no solo habla de riqueza material, sino que invita a una introspección sobre nuestras prioridades y lo que constituye el verdadero valor en nuestras vidas.

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