No Atraerá a Todos sin Excepción; Juan 12:32 

Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.” Juan 12:32 (RVR1960)

La palabra “atraeré” (ἑλκύσωhelkysō), como mencionamos, es un verbo en futuro activo indicativo, lo que implica que es una acción futura y segura que Jesús realizará. Sin embargo, es importante entender el significado contextual de “todos” (πάνταςpantas), que no implica literalmente cada individuo en el mundo, sino más bien todos aquellos a quienes el Padre ha dispuesto atraer hacia Cristo a través del Evangelio. Este concepto está en armonía con otras enseñanzas de las Escrituras, como Juan 6:44, donde Jesús dice: “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere.

El uso de πάντας en este versículo subraya la inclusión de todas las naciones, grupos étnicos, y personas sin distinción de raza, género, o posición social. Sin embargo, no todos responderán al llamado, ya que la atracción de Jesús se aplica eficazmente a los elegidos, aquellos que, al escuchar el Evangelio, son regenerados por el Espíritu Santo y puestos en una relación de fe con Cristo. Esto también está claro en Mateo 22:14: “Porque muchos son llamados, y pocos escogidos.

Ejemplo misionero y realidad actual. Aunque Jesús declaró que atraerá a “todos” hacia Él, la realidad histórica y actual demuestra que no todas las personas en el mundo han sido alcanzadas por el Evangelio. Han pasado más de dos mil años desde que Cristo pronunció estas palabras, y aún hoy existen miles de grupos étnicos y lenguas no alcanzados por el Evangelio, según informes actualizados de organizaciones misioneras como Joshua Project o Wycliffe Bible Translators. Esto no significa un fracaso de la misión de Cristo, sino que resalta el proceso progresivo por el cual Él está cumpliendo Su promesa a lo largo del tiempo mediante la labor de Su iglesia.

Por ejemplo, hay regiones del mundo donde el mensaje del Evangelio todavía no ha llegado debido a barreras culturales, lingüísticas o políticas. Esto refuerza la necesidad de obedecer el mandato misionero de Mateo 28:19-20: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones,” mientras confiamos en que el Señor completará Su obra a través de los medios establecidos por Él.

¿Cómo atraerá Jesús? La atracción de Jesús se realiza principalmente por medio del Evangelio, que es el poder de Dios para salvación (Romanos 1:16). Al ser “levantado” en la cruz, Jesús cumple Su obra redentora, y al ser exaltado en Su resurrección y ascensión, proclama Su señorío sobre toda la creación. 

Por medio de la predicación del Evangelio, el Espíritu Santo opera en los corazones de los oyentes, regenerándolos, convenciéndolos de pecado y guiándolos hacia Cristo. Este proceso refleja la soberanía de Dios en la salvación, ya que Él utiliza medios humanos (la proclamación del Evangelio) para atraer eficazmente a aquellos que son llamados.

Jesús también atrae a través de Su obra continua como Sumo Sacerdote. En Hebreos 7:25 leemos que “puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.” Esto significa que Su intercesión activa asegura que los que han sido atraídos no se perderán, sino que perseverarán hasta el fin.

Principio teológico. El hecho de que no todas las personas respondan al Evangelio no disminuye la obra de Cristo ni Su poder para atraer. Más bien, subraya que la salvación es obra de gracia soberana

Jesús atrae a los suyos solamente mediante el Evangelio, y aquellos que son regenerados por el Espíritu Santo no pueden resistir Su llamado. Así, la promesa de Jesús en Juan 12:32 no debe interpretarse como una universalidad absoluta, sino como una universalidad en el sentido de que personas de todas las naciones y trasfondos serán traídas a Él.

También le interesaría: 

En conclusión, aunque todavía hay pueblos y lenguas no alcanzados, la iglesia tiene el privilegio y la responsabilidad de participar en la misión de Cristo, sabiendo que Su promesa de atraer a “todos” está siendo cumplida de acuerdo con el plan soberano de Dios. 

Nuestro deber como administradores del Evangelio es proclamar fielmente el mensaje de salvación, confiando en que Jesús atraerá a los Suyos por medio de la cruz y el poder del Espíritu Santo, hasta que el número de Sus redimidos sea completado para la gloria de Su nombre.

Comparte en tus redes


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *