Serie: Pastores Asalariados. En la actualidad, se observa más y más que pastores usan ejemplos de instituciones como Disney en sus predicaciones, a pesar de que Disney se ha caracterizado por promover ideas, nociones que van en contra de las enseñanzas bíblicas.
Desde hace mucho tiempo, Disney y otras compañías de entretenimiento muestran abiertamente su inclinación a promover la magia, la rebeldía de los jóvenes contra sus padres, el sexo antes del matrimonio, el aborto, la pluralidad de dioses, la homosexualidad y el lesbianismo, y otras ideas que contradicen directamente la Palabra de Dios, la sana doctrina. Sin embargo, a pesar de esta evidente oposición a los principios cristianos, algunos pastores siguen usando a Disney y otras instituciones similares como ejemplos en sus sermones, olvidando que hasta ellos mismos han enseñado que un poco de veneno en un vaso de agua es suficiente para hacer daño.
Es importante señalar que este problema no se limita solo a Disney. Hollywood, Netflix, Marvel y otras grandes productoras de entretenimiento también están incluidas. Estas compañías crean contenido que, de forma directa o indirecta, promueve prácticas e ideas que no solo son contrarias, sino abiertamente hostiles hacia el cristianismo. Resulta lamentable ver cómo ciertos pastores, aparentemente sin discernimiento, elevan estas instituciones a un lugar de ejemplo para la congregación, aun cuando estas compañías muestran, una y otra vez, que no tienen en mente estar afín al cristianismo y a los valores bíblicos.
Aniversario de 150 Años de la Congregación. Recuerdo un momento específico de una congregación, en un evento especial para conmemorar los 150 años de su fundación. Se suponía que sería un sermón de gratitud, donde se recordaría el cuidado y la fidelidad de Jesús hacia Su iglesia a lo largo de todos esos años. Sin embargo, el pastor a cargo dedicó gran parte del sermón a hablar de Disney, usando sus personajes y producciones como ejemplos, dejando en segundo plano al verdadero protagonista de nuestra fe: Cristo. Fue una experiencia decepcionante, un recordatorio de cómo fácilmente se puede desviar el mensaje del Evangelio cuando se recurre a instituciones que, en lugar de exaltar los valores cristianos, los socavan.
Discernir la Influencia de Instituciones Seculares. Como creyentes, debemos discernir la influencia que ciertas instituciones ejercen sobre nosotros y sobre nuestros pastores. En la Biblia, se nos exhorta a examinar todo con cuidado y a retener lo bueno (1ª Tesalonicenses 5:21). Sin embargo, al utilizar ejemplos de Disney, Apple TV, Hollywood o Marvel y otros en los sermones, estamos ignorando el hecho de que estas compañías están comprometidas en promover contenidos que desvían a las personas de los principios de Dios. ¿Qué clase de mensaje enviamos a nuestra congregación cuando resaltamos el trabajo de compañías que promueven el aborto, la inmoralidad sexual y la idolatría? La Biblia nos recuerda que no debemos ser partícipes de las obras de las tinieblas, sino más bien denunciarlas (Efesios 5:11).
Exhortación a los Pastores: Volver a la Sana Doctrina. Esto es un llamado a todos los pastores y ancianos que tienen la responsabilidad de predicar la Palabra y de velar por la sana doctrina. Debemos centrarnos en la sana doctrina de las Escrituras y en ejemplos que verdaderamente edifiquen a la Iglesia, a cada una de las congregaciones locales. No necesitamos recurrir a instituciones que claramente están en contra de los principios que enseñamos. En lugar de eso, debemos recordar que “toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en justicia” (2ª Timoteo 3:16). Solo a través de la Palabra de Dios encontraremos ejemplos perfectos y verdaderos que edificarán a nuestra congregación en lugar de desviarla.
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Conclusión: Alejémonos de las Obras del Mundo y Exaltemos a Cristo. Como embajadores de Cristo, estamos llamados a reflejar Su luz y Su verdad en un mundo que a menudo se opone a Él. No podemos seguir promoviendo a aquellos que no valoran nuestros principios ni respetan nuestra fe. Más bien, debemos ser fieles al mensaje de la Biblia, proclamando a Jesucristo y Su amor en todo lo que decimos y hacemos, recordando siempre que “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2).
A todos los que tenemos el privilegio de predicar, la Escritura nos exhorta a que la miremos a ella como la fuente inagotable de ejemplos y enseñanza. Seamos fieles a Cristo y no a las instituciones que están en contra de Él.
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