«Nada, por tanto, puede ser más absurdo que la ficción de que el poder de juzgar la Escritura está en la Iglesia, y que de su aprobación depende su certeza.»
«Dios no vendrá con luz ni con brazo lento a redimir a su Iglesia, porque estará todo encendido de un amor asombroso por los creyentes y de ansiedad por su salvación.»
«Cristo es hecho nuestra justicia, y nosotros somos contados como justicia de Dios en Él.»
«Debemos pedirle a Dios que aumente nuestra esperanza cuando es pequeña, que la despierte cuando está dormida, que la confirme cuando está vacilante, que la fortalezca cuando es débil y que la levante cuando esté derribada.»
«El pecado produce únicamente la muerte. Nuestra salvación, en cambio, se debe enteramente a la pura gracia y bondad de Dios.»
«Nadie puede servir a la justicia a menos que primero haya sido liberado por el poder y la bondad de Dios de la tiranía del pecado.»
«En Cristo, el rostro de Dios brilla, lleno de gracia y gentileza hacia los pecadores pobres e indignos.»
«Mal consejero es aquel que no aplicándose el consejo a sí mismo se contenta con aconsejar a los demás.»
«Hasta que los hombres realmente comprendan cuánto deben a la misericordia de Dios, nunca lo adorarán con un sentimiento correcto ni serán estimulados eficazmente a temerlo y obedecerlo.»
«La hipocresía puede hundir la mente de un hombre en un oscuro abismo, cuando cree en sus propios halagos en lugar del veredicto de Dios.»
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