El 22 de febrero de 1649 (Historia Moderna) la Asamblea de Teólogos de Westminster (Westminster Assembly of Divines) concluyó oficialmente sus sesiones en Londres tras un extenso período de deliberaciones que abarcó 1163 sesiones a lo largo de cinco años, desde el 1 de julio de 1643. Esta asamblea fue convocada por el Parlamento inglés en el contexto de la Guerra Civil Inglesa con el propósito de reformar la Iglesia de Inglaterra. Sus reuniones se llevaron a cabo en la Abadía de Westminster y contaron con la participación de 121 teólogos, además de 30 laicos con funciones de asesores y delegados provenientes de Escocia.
El propósito y el contexto de la Asamblea. La Asamblea de Westminster surgió en un momento de gran inestabilidad política y religiosa en Inglaterra. Desde la Reforma protestante en el siglo XVI, la Iglesia de Inglaterra había mantenido una estructura episcopal con obispos y un sistema de culto basado en el Libro de Oración Común.
Sin embargo, con el avance del puritanismo y las tensiones entre el Parlamento y el rey Carlos I, muchos consideraban que la Iglesia necesitaba una reforma más profunda, orientada hacia un modelo presbiteriano similar al escocés.
Durante la Guerra Civil, el Parlamento—enfrentado con el rey y apoyado por sectores puritanos—buscó reorganizar la Iglesia bajo una estructura más alineada con la teología reformada. Para ello, estableció la Asamblea de Westminster, encargada de revisar la doctrina y el culto eclesiástico.
Los delegados escoceses, que participaron activamente en los debates, tenían una fuerte influencia presbiteriana y contribuyeron a la orientación teológica de los documentos producidos.
Las deliberaciones de la Asamblea. Los trabajos de la Asamblea se caracterizaron por debates rigurosos, períodos de ayuno solemne y largas sesiones de oración. Los teólogos discutieron profundamente sobre la autoridad de las Escrituras, la naturaleza de la iglesia, la organización del gobierno eclesiástico y la adoración pública.
Estas discusiones dieron como resultado una serie de documentos doctrinales que se convertirían en pilares fundamentales del protestantismo reformado, en especial del presbiterianismo.
Los principales documentos producidos:
1. La Confesión de Fe de Westminster: Fue el documento más influyente producido por la Asamblea. Expone una teología reformada centrada en la soberanía absoluta de Dios, la autoridad suprema de las Sagradas Escrituras, la doctrina de la elección incondicional, la justificación por la fe y el papel de la iglesia en la vida cristiana. La Confesión se convirtió en la base doctrinal de muchas iglesias presbiterianas en Escocia, Inglaterra y más tarde en América.
2. El Catecismo Mayor y el Catecismo Menor: Estos catecismos fueron diseñados para enseñar la fe cristiana de manera estructurada. El Catecismo Mayor estaba destinado a quienes buscaban una instrucción más detallada, mientras que el Catecismo Menor fue formulado especialmente para la educación de niños y nuevos creyentes. Preguntas como ”¿Cuál es el fin principal del hombre?” y la respuesta “El fin principal del hombre es glorificar a Dios y gozar de Él para siempre”, se han convertido en referencias centrales de la teología reformada.
3. El Directorio de Adoración Pública: Este documento reemplazó el Libro de Oración Común, que había sido utilizado en la Iglesia de Inglaterra con una liturgia más formal. El Directorio promovió un culto más simple y centrado en la predicación de la Palabra, eliminando elementos litúrgicos considerados no bíblicos, como el uso de ornamentos y rezos rituales.
El impacto y legado de la Asamblea. A pesar de que la Asamblea fue convocada con la intención de reformar la Iglesia de Inglaterra, la restauración de la monarquía en 1660 y el retorno del anglicanismo significaron que muchas de sus propuestas no fueron adoptadas en Inglaterra.
Sin embargo, en Escocia, la Confesión de Fe de Westminster y los catecismos fueron plenamente aceptados, consolidando el presbiterianismo como la forma dominante de organización eclesiástica.
Además, la influencia de la Asamblea se extendió a Norteamérica, donde muchas iglesias presbiterianas adoptaron la Confesión de Westminster como su norma doctrinal. Hasta el día de hoy, sus documentos siguen siendo fundamentales en muchas iglesias reformadas en todo el mundo.
La Asamblea de Westminster representó un momento crucial en la historia del protestantismo, dejando un legado teológico que perdura hasta nuestros días.
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