Posts de Mayordomía Financiera

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-Es importante administrar los recursos financieros que Dios nos da no solo para nuestro beneficio personal, sino principalmente para el bienestar de aquellos a quienes servimos y cuidamos.

-Seremos recompensados por la sabiduría y fidelidad a Dios.

-Como administradores, ministros o siervos de Cristo, debemos utilizar Sus riquezas y recursos de manera justa y compasiva con los más necesitados como son los huérfanos y las viudas.

-La retribución divina enseña que lo que uno hace, bueno o malo, volverá al Señor como recompensa o castigo. 

-Asegurándonos siempre de que nuestras acciones financieras beneficien a los demás y honren a Dios.

-Actuemos con justicia y rectitud, sabiendo que nuestras acciones tendrán consecuencias.

-Las riquezas materiales, como el oro y la plata, no tienen el poder de salvarnos o satisfacer nuestras necesidades más profundas en tiempos de juicio o crisis espiritual. 

-Poner nuestra confianza en las riquezas terrenales, y no priorizar nuestra relación con Dios y Su justicia en nuestras vidas, estas se convierten en un ídolo.

-Las añadiduras sin la guía del Señor se volverán un tropiezo en nuestro camino espiritual, impidiendo que busquemos Su voluntad y Su provisión verdadera.

-La Biblia nos llama a utilizar los recursos del Señor de manera que beneficien a los demás, reconociendo el valor intrínseco de cada vida humana por encima de las posesiones materiales.

-La sabiduría y la dependencia en Dios no solo nos guían en nuestras decisiones financieras, sino que también pueden llevarnos a una posición donde se nos confíen mayores recursos para administrar; siempre con la perspectiva de honrar a Dios en todo lo que hacemos.

-El uso del dinero recibido del Señor con la intención de escapar de nuestras responsabilidades para con Él, es inverosímil. 

-Desde un punto de vista financiero, a veces utilizamos los recursos encomendados por el Señor para evitar lo que sabemos es correcto, lo cual dará frutos perecederos.

-Es importante alinear nuestras decisiones financieras con la voluntad de Dios.

-Siempre habrá insatisfacción y vacío ante todo esfuerzo material sin la bendición de Dios.

-El éxito financiero no vienen por nuestra propia fuerza o recursos, sino por el Espíritu de Dios.

-El deseo por las riquezas y las preocupaciones materiales pueden sofocar la Palabra de Dios en nuestras vidas, impidiendo que dé fruto apacible.

-Cuando actuamos en obediencia y fe, Dios puede hacer que nuestros recursos se multipliquen de maneras inesperadas y asombrosas.

-Las Escrituras no hacen un recordatorio de la importancia de no dejar que las riquezas nos distraigan de lo que realmente es valioso.

-Cumplir con nuestras obligaciones terrenales, como pagar los impuestos y dar a Dios lo que le pertenece, lo cual incluye nuestras propias vidas, nos garantiza grandes bendiciones de Su parte.

-La bendición de Dios multiplica nuestros esfuerzos.

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