-Un buen negocio no llevado a cabo solo se convertirá en un arrepentimiento.
-Nuestras decisiones financieras no solo deben ser inteligentes sino también bíblicas.
-Si nuestra prosperidad actual se debe a nuestro trabajo pasado, entonces nuestra prosperidad futura dependerá de nuestro trabajo actual.
-En finanzas, debemos priorizar nuestros objetivos eliminando obstáculos.
-Es poco común que las personas se arruinen al invertir en sí mismas; invertir en nuestro propio crecimiento debería ser una obligación, ya que los beneficios son excepcionales.
-Si no sabemos administrar nuestras finanzas personales, otros las administrarán por nosotros, pero a su beneficio.
-Casarse sin haber tomado previamente decisiones financieras hará que la carga sea más pesada posteriormente.
-El hombre sabio comienza a trabajar en su jubilación desde su juventud.
-Veinte años desperdiciados o dedicados a construir nuestro futuro.
-El precio es la cantidad de dinero que desembolsamos para adquirir algo, mientras que el valor se refiere a la utilidad, beneficio o satisfacción que obtenemos a cambio de esa compra.
-Invertir en educación y formación profesional para mejorar las habilidades de la fuerza laboral, facilita el acceso a empleos mejor remunerados y reduce la brecha entre los trabajadores con diferentes niveles de educación.
-Si tenemos dinero para cancelar deudas, hagámoslo, es lo primero que deberíamos hacer.
-Negociemos la hipoteca con nuestro banco, ya que los intereses están bajando; si los contactamos, es posible que nos ofrezcan una mejora en nuestras condiciones.
-El Presupuesto es como “la biblia” de nuestras finanzas personales a corto, mediano y largo plazo; en el está todo para administrar las riquezas del Señor con sabiduría e inteligencia, pero de nada vale si no lo obedecemos.
-Evitar los fracasos financieros es impedir alcanzar el éxito económico.
-Mantener una salud financiera implica evitar gastos innecesarios que no podamos cubrir con nuestros propios ahorros.
-Cuando dejamos de aprender sobre finanzas personales, dejamos de ser más prósperos financieramente.
-Es más caro ser ignorante en finanzas personales que invertir en conocimientos sobre ahorro, inversión, presupuesto y gestión de deudas.
-Hay momentos más propicios para prosperar que otros, pero eso no significa que dejemos de prosperar en todo momento.
-Cuando más prosperamos financieramente es cuando menos debemos malgastar; debemos continuar ahorrando e invirtiendo.
-Si Dios manda lluvia tanto al justo como al impío por igual, de la cual ambos pueden prosperar, entonces ¿qué hace prosperar a uno más que al otro? La diferencia radica en la sabiduría y diligencia con la que cada uno administra los recursos que recibe.
-Si Dios manda lluvia tanto al justo como al impío por igual, de la cual ambos pueden prosperar, entonces ¿qué hace prosperar a uno más que al otro? La diferencia radica en la sabiduría y diligencia con la que cada uno administra los recursos que recibe.
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