-Gratitud por la gracia y misericordia de nuestro Señor Jesucristo nos motiva más y más a servirle; lo contrario es mantener una actitud de ingratitud.
-No pensemos que Dios nos mantiene en pobreza y enfermedad si no seguimos y obedecemos sus principios que rigen la prosperidad y la salud.
-Nuestro agradecimiento por la gracia y misericordia del Señor Jesucristo nos impulsa cada vez más a servirle; por otro lado, no hacerlo es reflejo de una actitud ingrata.
-Si usted es de aquellos que suelen ostentar en redes sociales, tenga precaución para que esto no le impida acumular ahorros, especialmente pensando en tiempos difíciles.
-Jesús es el Señor de todos Sus siervos y no expulsa a ninguno.
-A pesar de que la ostentación y el poder, así como la prosperidad y el éxito de los malvados nos pudieran desanimar, en Cristo encontramos todo consuelo.
-Tomemos las riendas de nuestras finanzas, no dejemos que sigan desbocadas.
-Todos reconocemos que la salud es un regalo invaluable, pero lo más sorprendente es que enseguida que la recibimos, la descuidamos.
-Lo único que debemos perder este año es grasa abdominal, si tuviésemos; es muy mala para la salud.
-Si dejara de caminar al aire libre diez mil pasos a diario, me perdería de esto… ¿de qué se estaría perdiendo usted al abandonar este ejercicio?
-Si adicionalmente a sus entradas Ud. recibiera us$100 dólares de lunes a viernes, a la semana obtendría us$500 dólares y al mes us$2000 mil dólares. Sabría qué hacer para multiplicarlos, o solo los ocuparía para pagar deudas o para comprar cosas que por muchos años ha anhelado tener.
-Por más altamente educada que sea una persona, si toma decisiones financieras con poca o ninguna capacitación en el tema del dinero, sus decisiones serán nefastas.
-En un mundo donde casi todo tiene un precio, es decir, donde pocas cosas son gratuitas y además los costos suelen ser exorbitantes, es esencial que los niños aprendan los principios bíblicos que rigen el manejo del dinero.
-La deuda mala es perjudicial debido a sus altos intereses; no podemos permitirnos tenerla.
-No es lo mismo perder peso cuando se tiene sobrepeso que perder el tiempo; solo lo primero resulta beneficioso.
-Cuando se aborda el tema del dinero, es natural sentir un cierto nivel de incertidumbre: ¿Existirá el riesgo de ser engañados, estafados o incluso robados? Mantenerse alerta frente a estas posibilidades es comprensible y prudente. Sin embargo, esta misma sensación de incertidumbre no se traslada en absoluto a lo que las Escrituras nos revelan sobre el manejo del dinero.
-No es cuestión de transformar el mundo, la política, la economía o influir en terceros para alcanzar una mejor situación económica; lo esencial es permitir que la palabra del Señor transforme nuestros corazones.
-Si la educación financiera es tan importante como cualquier otra materia escolar, entonces, ¿por qué no enseñamos a nuestros hijos a manejar el dinero desde pequeños, para que tengan un futuro financieramente sólido?
-La gestión de nuestras finanzas juega un papel crucial en la creación de algo que trascienda nuestra presencia física; una valiosa herencia para nuestros hijos, y un gran legado familiar.
-Dedicar tiempo a la educación y el desarrollo de habilidades puede ser una inversión valiosa en nuestro futuro, potencialmente llevándonos a oportunidades de ganar más dinero y lograr una mayor satisfacción personal y profesional.
-Que la desconfianza hacia las instituciones financieras y los inversionistas poco éticos no impida nuestro aprendizaje sobre educación financiera, especialmente en lo que respecta a los principios bíblicos que la rigen.
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