–Primero nos endeudamos, luego nos sobreendeudamos, y finalmente nos lamentamos; hermanos, no debería ser así.
–La fe no consiste en decretar “que nuestras finanzas se arreglen inmediatamente en el nombre del Señor”; se trata de confiar en los principios que rigen su administración según la palabra escrita del Señor.
–Dinero ganado, ahorrado e invertido; en la medida de lo posible.
–Celebremos cuando, de un año a otro, debamos pagar más impuestos, pues esto indica que hemos incrementado nuestros ingresos respecto al año anterior.
–La transparencia financiera no es solo un deber hacia el Señor, sino también hacia nuestra esposa, hijos y nación.
–La administración financiera, como para el Señor, es más un desafío a nuestro dominio propio que a nuestra intelectualidad profesional.
–El mundo nos adoctrina: «Conocerse a uno mismo es el comienzo de toda sabiduría»; sin embargo, la Biblia nos instruye: «El principio de la sabiduría es el temor a Jehová»; apliquémoslo a las finanzas.
–Es realmente amoroso de parte del Señor colmarnos de bendiciones en lugares donde jamás esperaríamos encontrarlas.
–¿Están sus finanzas causándole preocupación o aún “le da igual”? Recordemos que somos siervos del Señor Jesucristo, y Él espera hallarnos como siervos fieles.
–A veces, la batalla por permanecer como siervos fieles en la administración de las riquezas del Señor estaría perdida si no contáramos con su palabra escrita.
-Si tenemos todo a nuestro favor, al Señor ¿qué nos ha impedido ser un buen siervo fiel?
-El dominio propio jugará un papel muy importante en el control de nuestro peso corporal; no basta con comer sano, también es necesario controlar la ingesta de calorías.
-Que el ahorro sea algo simple, no significa que sea fácil.
-No seamos parte del grupo de personas que esperan ansiosamente el fin de semana o de la quincena o del mes para tener dinero nuevamente; esforcémonos por lograr cuanto antes una libertad financiera.
-Si nuestras metas financieras no son conforme la voluntad del Señor, que se haga Su voluntad y no la nuestra.
–¿Hemos presupuestado nuestros gastos fijos mensuales, trimestrales, semestrales, anuales? ¡Es hora de comenzar con-por algo!
–No es completamente recomendable programar los pagos, aunque en algunos casos puede serlo.
–Si estamos llamados a crucificar los deseos pecaminosos en conformidad con Cristo y por la gracia de Dios, es porque todos tenemos esos deseos; por lo tanto, no deberíamos gastar dinero en satisfacerlos, ya que contradice el propósito de crucificarlos.
–Otra característica notable de la Mujer Virtuosa es su diligencia y habilidad para el trabajo, no solo en el ámbito doméstico, sino también en actividades comerciales como comprar un campo y plantar una viña, fabricar ropa y venderla; además, es una benefactora para los necesitados, extendiendo sus manos al pobre.
–El verdadero valor de una persona no se evalúa por su riqueza, sino por el impacto positivo que tiene en los necesitados de su entorno.
–Amor y Dinero no es lo mismo que amor al dinero.
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