Posts de Mayordomía Financiera

El optimismo en los mercados puede ser engañoso.

Reducir nuestros gastos es tan crucial como aumentar nuestros ingresos cuando se trata de invertir; menos gastos significan más dinero disponible para hacer crecer nuestro patrimonio.

Si el dinero no se convierte en riqueza de nada servirá.

La verdadera riqueza no se mide por los bienes que acumulamos, sino por la capacidad de disfrutar la vida con menos; valorando lo esencial nos gozamos.

Así como nos esforzamos en el trabajo, esforzémonos igualmente en nuestras relaciones y en nuestra vida espiritual, buscando siempre glorificar a Dios en todo lo que hacemos.

El problema de muchos es que, aunque saben que deben invertir su dinero de alguna forma para evitar su depreciación, no se toman el tiempo para gestionar esas inversiones.

Lo que adoramos se reflejará en nuestra manera de administrar el dinero.

Si pudiéramos pensar en todo lo que vamos a hacer y luego decir todo lo que hemos pensado sobre nuestros planes de negocios a corto, mediano y largo plazo.

Si a Ud. el dinero no le brinda algo de paz y felicidad entonces lo está administrando muy mal.

Si lo que tenemos no nos da gozo, tampoco lo harán otras cosas.

La codicia es hermana de la traición.

El dinero ganado y gastado no está bien administrado; el dinero ahorrado, invertido y luego gastado está bien administrado.

Las deudas son como broncearse la piel: acumularlas es rápido y fácil, mientras que ahorrar es como volver a recuperar el color natural de la piel, lo cual toma mucho tiempo.

Y si leemos un libro varias veces en lugar de leer más libros solo una vez

Una vida rica no depende de poseer muchas cosas, sino de vivir plenamente con lo que realmente necesitamos.

Aunque surjan pensamientos para desistir en una buena administración de las riquezas del Señor Jesucristo, no deben prevalecer.

Jesucristo es el Evangelio completo, el Señor de todas las riquezas.

Robar seguirá siendo un pecado aunque todos lo llamen corrupción.

El dinero ofrece respuestas como seguridad, éxito y felicidad, pero no satisfacen verdaderamente.

El éxito de la noche a la mañana es, a largo plazo, un fracaso.

¿Se ha convertido el mal manejo de las riquezas en una elección y no en algo circunstancial para nosotros?

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