El versículo de Proverbios 4:7 (RVR1960) que dice: “Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia”, es parte de un consejo dado por un padre a su hijo, enfatizando la importancia y el valor de la sabiduría y la inteligencia.
Este comienzo resalta la primacía de la sabiduría. En la Biblia, la sabiduría se entiende como una cualidad divina, un don que permite a las personas vivir de acuerdo con la voluntad de Dios.
La sabiduría no es simplemente conocimiento intelectual, sino la capacidad de aplicar el conocimiento de manera justa y piadosa.
La sabiduría se busca activamente, se valora más que cualquier otra cosa, y se considera fundamental para una vida recta y plena.
Y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia; esta parte del versículo enfatiza que adquirir inteligencia (o discernimiento) es más valioso que cualquier posesión material.
La inteligencia, en este contexto, se refiere a la capacidad de entender y aplicar la sabiduría en la vida diaria. No se trata solo de acumular datos o hechos, sino de comprender profundamente los principios de Dios y vivir de acuerdo con ellos.
Sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia, subraya que la inteligencia espiritual y moral es más importante que cualquier riqueza o propiedad material que uno pueda tener.
Las posesiones materiales, aunque útiles y necesarias, son temporales y perecederas. La inteligencia, por otro lado, es eterna y tiene un valor que trasciende lo material.
Este énfasis sugiere varias verdades:
Prioridad de lo Espiritual sobre lo Material: En la vida cristiana, los bienes materiales no deben ser nuestra principal preocupación. La búsqueda de inteligencia y sabiduría espiritual debe ser nuestra prioridad. Esto refleja la enseñanza de Jesús de buscar primero el reino de Dios y su justicia (Mateo 6:33).
Eterno Valor de la Inteligencia: La inteligencia tiene un valor duradero y eterno. Las posesiones materiales pueden perderse, deteriorarse o ser robadas, pero la inteligencia es una cualidad interna que perdura y que puede guiarnos en todas las circunstancias de la vida.
Fundamento para una Vida Plena: La inteligencia es la base para tomar decisiones correctas, para entender y aplicar la sabiduría en nuestras vidas.
Adquirir inteligencia sobre todas las posesiones implica invertir en el Conocimiento de Dios. Pasar tiempo en la Palabra de Dios, en oración y en la meditación para entender Su voluntad; participar en estudios bíblicos, leer literatura cristiana edificante, y buscar el consejo de líderes espirituales.
Evaluar Nuestras Prioridades; asegurarnos de que nuestras decisiones reflejen una prioridad en la inteligencia y la sabiduría de Dios sobre la acumulación de bienes materiales.
En nuestra vida, el tener posesiones no sólo se trata de adquirir, sino también de saber administrar lo que se posee. Es aquí donde la sabiduría juega un papel crucial, porque sin ella, aunque uno pueda tener muchas cosas, no sabrá cómo mantenerlas ni hacer que fructifiquen.
La sabiduría nos enseña a discernir el mejor uso de nuestros recursos, a reconocer el momento oportuno para invertir o ahorrar, y a evitar decisiones que podrían llevar a la pérdida o malgasto.
Además, la sabiduría implica reconocer que nuestras posesiones son realmente una bendición que debe ser administrada con responsabilidad y gratitud.
Nos permite ver más allá del valor material y entender que cada cosa que tenemos es una herramienta para servir a otros y glorificar a Dios.
Así, la sabiduría no sólo afecta la manera en que gestionamos nuestros bienes, sino que también moldea nuestra actitud hacia ellos, cultivando un corazón generoso y un espíritu de buen mayordomo.
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